(1) LA LEYENDA DEL SAMURÁI, de Carl Erik Rinsch.

LEALTAD, HONOR Y SACRIFICIO
Enésima versión del clásico de la literatura japonesa, inspirado en un hecho real que recrea la gesta más famosa del código de honor samurái, La leyenda del samurái es una discreta aproximación occidental, cargada de escenas de acción sazonadas en un envolvente efectismo digital, cuya particularidad es la introducción de un personaje foráneo, interpretado por Keanu Reeves, que intenta mimetizarse en su entorno convirtiéndose en guerrero a las órdenes de un señor feudal pero sufriendo el rechazo de los suyos y el amor imposible de una rica terrateniente.
El film cuenta la célebre historia de un grupo de 47 samuráis que se vieron obligados a convertirse en rōnin (samurái sin señor), después de que su daimyō (señor feudal) se viera obligado a cometer el seppuku (ritual para suicidarse) por haber agredido a un alto funcionario judicial. Idearon un plan para vengar a su patrón, el cual consistía en asesinar al causante de su situación, esperando aproximadamente un año y medio para no despertar sospechas. Después se entregaron a la justicia y fueron sentenciados a muerte. Hasta aquí su andamiaje narrativo básico, porque pronto se añaden endebles tramas secundarias y componentes mágicos que distorsionan la ficción afianzándola como un ejemplo paradigmático de relato de fantasía heroica.
Aunque logre en ocasiones maravillar por su sofisticada puesta en escena y su estimable factura técnica, La leyenda del samurái carece de personalidad al ser realizada de manera mecánica por el debutante Carl Erik Rinsch, incapaz de evitar una rígida narración y unos personajes demasiado esquemáticos. Mejor la próxima vez.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.