(3) UN HOMBRE SOLITARIO, de David Levien y Brian Koppelman.

LA CRISIS DE UN TRIUNFADOR
De Levien y Koppelman, dos guionistas de éxito en el cine estadounidense, pudimos ver su debut como realizadores, la discreta Ajuste de cuentas (2001), pero mucho mayor interés posee Un hombre solitario (2009), en cuya producción ha intervenido Steven Soderbergh y en cuyo reparto destacan Michael Douglas, Susan Sarandon y Danny DeVito.
Se trata de un relato dramático elaborado sin alardes formales, con sencillez y funcionalidad, que muestra el progresivo hundimiento económico y moral de un veterano vendedor de coches, condenado a la ruina y a la soledad tras cometer una estafa y no poder controlar sus impulsos sexuales. Un hombre solitario desmenuza la cara opuesta a la del clásico triunfador, la del fracasado que debe empezar de nuevo tras perder negocio y familia.
No hay, sin embargo y afortunadamente, regusto moralizante alguno en la trama ya que no subraya que el castigo sea consecuencia del pecado y/o del delito, pues la complejidad psicológica del protagonista y la riqueza de su entorno no hacen sino poder de relieve su toma de decisiones equivocadas y su nefasta tendencia a seguir conductas impropias. La película retrata con agudeza y detalle una crisis personal que, finalmente, queda abierta la posibilidad de redención.
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