(3) EL MÉDICO ALEMÁN, de Lucía Puenzo.

EL DR. MENGELE EN LA PATAGONIA
El tema de los fugitivos nazis tras la derrota alemana ha dado pie a varias películas, tanto de género como de contenido político, entre las que cabe mencionar El extraño (1946), Encadenados (1946) o Los niños de Brasil (1978). Ahora la argentina Lucía Puenzo ha adaptado al cine su novela Wakolda con el título de El médico alemán —presente en Cannes 2013—, su tercera realización tras XXY (2007) y El niño pez (2009), presentando al criminal nazi Dr. Josef Mengele, escondido en 1960 en la remota Patagonia y ejerciendo anónimamente de veterinario y de médico-biólogo en busca de la “raza perfecta”, referida ahora tanto a animales —ganado vacuno— como a personas con alguna tara física.
La mirada del film hacia el científico alemán es bastante ambigua y complaciente, seguramente para huir de los panfletario y evitar su caracterización como el típico malvado sin rasgo alguno de humanidad. Su convivencia con la familia argentina de hosteleros permite mostrar bellos paisajes, especialmente los del lago Nahuel Huapi, junto a la población de Bariloche.
Unos actores bien dirigidos —a destacar Alex Brendemühl como Dr. Mengele— así como una sobria y correcta narrativa constituyen los principales atractivos de este film, que incluye bastantes elementos de ficción e incluso una metáfora como es el diseño del doctor para la fabricación industrial de hermosas muñecas de plástico.
Como datos históricos que la película respeta hay que citar la abundante y tolerada colonia alemana, incluyendo grupos filo-nazis, residentes en la Argentina y en otras repúblicas militaristas latinoamericanas desde los años 30 así como la repentina fuga del protagonista tras ser descubierto por agentes israelíes, desplazándose sin cesar por diversos países hasta su muerte, en 1979, ahogado accidentalmente en una playa brasileña.
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