(2) CAPITÁN PHILLIPS, de Paul Greengrass.

EL ATAQUE DE LOS PIRATAS
Con gran acierto, el director británico Paul Greengrass ha sido el elegido para recrear en Capitán Phillips el caso real del fallido intento de secuestro del buque mercante estadounidense Maersk Alabama en las costas de Somalia por una banda de piratas en abril de 2009. Enfatizo lo de “acierto” porque, desde su aportación a la franquicia protagonizada por el agente Jason Bourne logrando el reconocimiento de Hollywood, se ha labrado una exitosa trayectoria profesional por su particular sello estilístico, caracterizado por una narración ágil e inquieta y un tono documental que aportan un plus de emoción y autenticidad a cualquier relato. Si a eso le añadimos las considerables ventajas de contar con un presupuesto más generoso y con una gran estrella de protagonista indiscutible, si bien ya en el inicio de su decadencia, el resultado no podía ser adverso.
Esta tensa y angustiosa aventura marítima es contada con arte y oficio, con la meticulosidad propia de un maestro relojero. El arranque es bastante pausado, dedicado a presentarnos al capitán Richard Phillips en tierra firme conversando con su mujer mientras se desplazan al puerto desde donde saldrá el Maersk Alabama y mostrando escenas cotidianas a bordo del buque una vez iniciada la travesía por el Índico. Todo normal, casi hasta aburrido. Pero pronto comienza el acoso de un grupo de piratas somalíes que finalmente abordan el carguero, siendo el personaje interpretado por Tom Hanks quien ha de mantener la calma, trazar un plan para librarse de ellos y posteriormente sufrir las consecuencias de ello al ser utilizado como rehén mientras los delincuentes tratan de llegar a la costa en una lancha salvavidas.
Capitán Phillips hilvana un loable discurso que combina ejemplarmente el suspense, el miedo y el drama para configurar una buena película de secuestros. Porque, dado el extenso metraje, resulta meritorio mantener la tensión durante una parte importante del mismo en el claustrofóbico espacio de un bote salvavidas o durante la preparación y ejecución de la operación de rescate del Ejército de los EE.UU.
Greengrass evita en todo momento juzgar a los personajes, ni siquiera a los responsables del asalto y abordaje, eludiendo el debate sobre el origen y la naturaleza del fenómeno de la piratería en el siglo XXI aunque sugiere entre líneas que los piratas no son más que meros peones de un entramado criminal mucho mayor. Eso sí, Tom Hanks capitanea la implicación emocional con el espectador, intentando mimetizarse en el escenario dando vida a la excelsa figura en el cine USA del “héroe por accidente”, aportando esas dosis de integridad, entereza, instinto de supervivencia y capacidad de sacrificio que ha trasladado a todos sus personajes, resumidos en el papel del estadounidense corriente, íntegro y buen profesional que acaba siendo el autor de una proeza digna de unos pocos.
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