(4) EL ESPÍRITU DEL 45, de Ken Loach.

EL DESMANTELAMIENTO DEL ESTADO DEL BIENESTAR
Este primer acercamiento al género documental del comprometido cineasta Ken Loach es fruto de una inteligente utilización de valiosos materiales de archivo, muy bien montados y acompañados por comentarios en off, para contar la historia de Gran Bretaña desde los años 30 hasta la actualidad, centrando su atención en el paro y la miseria reinantes hasta la llegada de la II Guerra Mundial, en la lucha que el pueblo llevó a cabo contra la Alemania nazi, sacrificando vidas y hogares bajo el lema “sangre, sudor y lágrimas” del primer ministro conservador Winston Churchill.
Pero este país destrozado y arruinado tras la contienda resurgió de sus cenizas cuando, concienciado del poder logrado con la unión y la determinación de sus ciudadanos, ganó las elecciones el partido laborista —de ideología socialdemócrata— en 1945, con una clase trabajadora que vio llegado el momento de reclamar una justicia social que le permitiera alcanzar unos derechos y un estado del bienestar que hasta entonces les habían sido negados.
Como sucedió en otras naciones de la Europa democrática occidental, la salud, la educación, el transporte, la minería, los puertos, la vivienda, la electricidad, el agua y otros servicios de interés público fueron nacionalizados y administrados por el gobierno. Pero todo terminó con la llegada de la conservadora Margaret Thatcher al poder (1979–1990) quien, como adalid del neoliberalismo, empezó a privatizar todas las empresas colectivas y a suprimir las conquistas logradas, asegurando —con Ronald Reagan en Estados Unidos— que el mercado y la libre competencia se bastaban para rentabilizar y mejorar los servicios y prestaciones públicas. Y ya sabemos a dónde nos ha llevado la hegemonía incontrolada del capital y del beneficio particular: pérdida de derechos, deterioro de la calidad y aumento de precios.
Ken Loach no ha elaborado un discurso neutral con debate entre contrarios, estéril y superficial en la mayoría de los casos como vemos en TV, sino que ha realizado un film militante que no oculta su ideología izquierdista, patente en su desconfianza hacia la burocracia de los partidos políticos, gestionados por élites que se aferran a los cargos y que se pliegan a las presiones de los más ricos, propugnando en cambio la movilización de los ciudadanos progresistas, de los sindicatos combativos y de las organizaciones basadas en plataformas reivindicativas.
El film es una mezcla poderosa de ideas y emociones, un compendio de eventos históricos y de combates sociales que deberían ser de visión obligada para políticos en general y para alumnos de institutos en particular. El espíritu del 45 es la versión británica de las ilusiones y el entusiasmo que tuvimos en nuestra Transición política post-franquista, hasta llegar a la degradación democrática y la estafa económica que sufrimos en la actualidad. Una lección y un homenaje, pues, que termina de forma esperanzadora con imágenes en color de los “buenos tiempos” en que el pueblo tomó las calles y aunó conciencia y acción para alcanzar el poder eligiendo a sus auténticos representantes.
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