(3) RUSH, de Ron Howard.

LA LEGENDARIA RIVALIDAD DE DOS MITOS DE LA F1
Pocas historias reales de rivalidades profesionales alcanzan el grado de dramatismo y exaltación del triunfo como el célebre duelo entre James Hunt y Niki Lauda por el campeonato mundial de F1 de 1976, en el que dos hombres muy diferentes entre sí desafiaron a la muerte para alcanzar la gloria deportiva. Era cuestión de tiempo que semejante material, que combina significativas dosis de glamour, seducción, choque de egos, velocidad y tragedia, llamara la atención a algún diligente ejecutivo de Hollywood.
El principal reto era hacer convincente una película sobre la competición deportiva, pues como todo cinéfilo que se precie sabe, cine y deporte es una aleación de frágil consistencia. El documental Senna (2010) hizo lo propio reflejando el combate entre el brasileño Ayrton Senna y el francés Alain Prost, pero renunciando a la libertad creativa de la ficción. La solución, resuelta satisfactoriamente, ha venido del trabajo en equipo del guionista Peter Morgan y el realizador Ron Howard, los mismos que dignificaron el periodismo en la interesante El desafío: Frost contra Nixon (2008), retratando la tensa relación entre el periodista David Frost y Richard Nixon cuando éste aceptó ser entrevistado tras su dimisión como presidente de los Estados Unidos por el caso Watergate.
En esencia, Morgan y Howard elaboran un sólido retrato de dos mitos de la F1, desplegando más allá del clásico relato hagiográfico sus miedos e inseguridades, así como su tortuosa relación profesional que acabó derivando en un sincero respeto mutuo. Superando los tópicos propios del biopic más convencional, Rush logra reflejar las enormes diferencias de actitud, moralidad, formación intelectual y origen social entre los protagonistas, sin eludir los aspectos más “políticamente incorrectos” de su personalidad, más allá del evidente contraste entre el carácter extrovertido de Peter James Hunt y la naturaleza reservada de Niki Lauda, alternando en todo momento las esferas pública y privada de las estrellas de la función.
Sin duda, la acertada elección de los actores ha sido fundamental para el resultado final del film. Hasta la fecha nos habíamos acostumbrado a ver a Chris Hemsworth en roles de guaperas cachas sin apenas matizaciones, como la saga de Thor. Aquí, aunque retoma su papel típico como el rubio y atractivo playboy inglés James Hunt, conduciendo para McLaren, ofrece muchos más registros de la que nos tiene acostumbrados. Y por su parte, el seco y distante austríaco Niki Lauda, conduciendo para el equipo Ferrari, es interpretado de manera convincente por el actor hispano-alemán Daniel Brühl. Lauda era metódico, trabajador, evaluador del riesgo, y algo aburrido, perfectamente reflejado por Brühl, quien se mete en el papel apoderándose de la personalidad de Lauda, y llena la pantalla con su sobria interpretación de hombre rígido, que se ha hecho a sí mismo sin ayuda de nadie.
Pero quizá destaque mayormente la descripción del mundo de la Fórmula 1 de mediados de los años 70, siendo capaz el director de narrar emocionantes escenas de carreras, llenas de tensión, con las que nos introduce dentro de los bólidos hasta recrearnos la sensación al volante que experimentan los pilotos. Es ahí, en el poderío visual, donde se percibe la condición de gran producción.
Es entonces cuando, tras el accidente que casi cuesta la vida a Niki Lauda en una curva del circuito de Nürburgring, durante el Gran Premio de Alemania, el 1 de agosto de 1976, comienza la verdadera gesta de esta película: las insufribles curas y la acelerada rehabilitación de Lauda en el hospital mientras contemplaba por TV las victorias de su rival, circunstancia que le insufló tenacidad precipitando su pronta vuelta a la competición en el Gran Premio de Japón, apenas 40 días después del siniestro. Todo un ejemplo de superación que desvela el auténtico móvil de Rush: la lucha del hombre contra sí mismo en un canto a la épica de la condición humana. De eso trata la segunda parte de este film.Concluyendo, el último trabajo de Ron Howard es una entretenida y chispeante biografía de dos mitos deportivos que con un holgado presupuesto recrea el fascinante mundo del motor a cuatro ruedas, que permite disfrutarse sin ser un experto en la materia.
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