(3) BARCELONA, NOCHE DE VERANO, de Dani de la Orden.

EL PASO DEL COMETA
La idea de juntar a diversas parejas en una unidad de tiempo y de espacio, concretamente la ciudad de Barcelona durante la noche de San Juan, la plasmó Jordi Grau en su debut fílmico titulado Noche de verano (1962), un drama fallido en parte por problemas con la censura franquista. Del presente año es Barcelona, noche de verano, una especie de versión juvenil y posmoderna de aquella, siendo el primer largometraje de Dani de la Orden, alumno de la Escuela Catalana de Cine – ESCAC, que hemos podido ver en V.O. con subtítulos en castellano.
Con importante música y canciones de Joan Dausà y con un divertido prólogo realizado en dibujos animados que explica la génesis de la película, Barcelona, noche de verano es una meritoria muestra del triunfo de la voluntad en estos tiempos de honda penuria para el cine español, con problemas de producción, distribución y exhibición que los responsables de este film han logrado sortear a base de micro-créditos de diversas procedencias —Andreu Buenafuente, José Corbacho, etc.—, un rodaje en digital, en escenarios naturales y con actores de modesta cotización, numerosos preestrenos en lugares no habituales y una explotación comercial que incluye salas de proyección, internet y DVD.
El paso del cometa Rose el 18 de agosto de 2012, día del supuesto fin del mundo pronosticado por la cultura maya, sirve de pretexto para narrar la historia de seis parejas en una noche barcelonesa que el guión estructura al modo de “vidas cruzadas” y a la que da forma un laborioso montaje, el requerido por una obra coral con múltiples personajes protagonistas.
Sorprende esta opera prima por su ingenio y frescura pese a alguna escena demasiado trillada y superficial. Estas variadas historias de amor, con sus diversos giros y peripecias —reencuentros de antiguos novios, flechazos, infidelidades, rupturas, rivalidades, maternidad, homosexualidad, etc.— deben no poco a la brillantez de los diálogos y la solidez de situaciones del cine de Cesc Gay, un especialista de mini-relatos realistas en los que la cotidianeidad urbana es capaz de proponer una diversidad de sensaciones que van desde lo amable a lo más amargo del ser humano.
Barcelona, noche de verano es, pues, una inteligente y entretenida comedia de costumbres, cuyos principales cultivadores fueron Fernando Colomo y Emilio Martínez-Lázaro, que tiene como referente esencial el entorno de las calles, monumentos y playas de la Ciudad Condal.
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