(1) AVIONES (PLANES), de Klay Hall.

MECÁNICO SPIN-OFF DE CARS
Un breve repaso a la filmografía de Pixar evidencia, por simple comparación, que la saga Cars es sin duda el producto más flojo realizado por esta compañía de animación hasta la fecha. Y no sólo por estar a años luz del talento, la trascendencia y la creatividad de Toy Story (1995) y sus extraordinarias secuelas, Los increíbles (2004), Ratatouille (2007), Wall-E (2008) y Up (2009). También porque asumió las tesis ultraconservadoras de Disney, tras ser fagocitada por ésta en 2006, de tratar a los más pequeños de la casa como si fueran esencialmente tontos, renunciando a tramas complejas y a elevados conceptos, así como a cualquier contenido “fuerte” que pudiera traumatizar al público infantil. El inesperado éxito de Cars (2006), potenciado por la venta de abundante merchandising, incitó la continuación de las aventuras de Rayo McQueen y su inseparable Mate con una olvidable secuela, Cars 2 (2011), que creía haber garantizado la prematura defunción de la citada saga.
Sin embargo, el universo de esta franquicia vuelve ya sin el sello Pixar con Aviones (Planes), mecánico e insustancial spin-off, cinta inicialmente pensada para ser lanzada directamente en dvd y blu-ray como una producción Disney en la línea de esas insípidas y oportunas secuelas que tanto proliferaron en lustros anteriores. ¿Cómo interpretar este film? Pues en términos económicos, configurando una mera excusa para ganar unos cuantos millones de dólares en taquilla y en la venta de nuevos muñecos, camisetas, juegos y llaveros.
La calidad de la película, un efímero entretenimiento tan soso como cansino, es lo de menos. De hecho, su acabado visual dista de ser perfecto, ya que está a caballo entre la descuidada animación propia de un lanzamiento al mercado de dvd y el despliegue técnico de un gran estudio, quedando así en una incómoda posición intermedia condenable al olvido.
En esencia, Aviones (Planes) plantea la típica historia del underdog con todo en contra que va ganándose el cariño de los demás y acaba aspirando a un triunfo altamente improbable. El protagonista, una avioneta fumigadora de un pueblo del medio-oeste estadounidense, pretende ganar una importante carrera aérea compitiendo con los aviones más veloces y para ello tendrá que aprender a superar sus miedos y desarrollar todo su potencial. El contenido aleccionador, con mensaje moralizante incluido, y el previsible final redentor se prevén desde el primer plano, siguiendo a rajatabla los dictados del clásico manual Disneyano.
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