(3) CAUTIVA, de Brillante Mendoza.

LARGO SECUESTRO EN FILIPINAS
El guión de Cautiva (2012), el más reciente film del cineasta filipino Brillante Mendoza, de quien pudimos ver Lola/Abuela en 2009, está inspirado en varios sucesos reales y su estilo está más cerca del documental reconstruido que de la ficción. Interesa aquí más la acción externa que la psicológica o las motivaciones de los personajes pese a la presencia de la actriz francesa Isabelle Huppert, asumiendo el papel de una voluntaria integrante de una ONG, que asume la función de protagonista más por razones financieras que por exigencias del relato.
Esta coproducción filipino-franco-germano-británica está rodada con varias cámaras simultáneamente, por orden cronológico y en formato digital de alta definición, abundando los planos filmados con el tomavistas al hombro aunque se ha logrado una fotografía bastante buena calidad y unas imágenes de gran fuerza narrativa. La película se rodó en 25 días pese a la dureza de las condiciones climáticas en la isla de Luzón.
Cautiva es la crónica de un secuestro de 20 rehenes por la guerrilla islamista Abu Sayyaf, simpatizante de Osama Bin Laden, respaldada por Malasia y partidaria de la independencia de la isla de Mindanao, pese a que en Filipinas el 83% de la población es católica y sólo el 4’6% se declara musulmán. Ubicado cronológicamente entre 2001 y 2002, el film narra el constante acoso del ejército gubernamental a los guerrilleros, que se esconden en medio de la jungla con sus prisioneros, y sus incesantes desplazamientos para evitar ser localizados.
Brillante Mendoza huye de todo planteamiento político buscando, ante todo, la dimensión humana de los personajes con sus virtudes y sus defectos, deseo de objetividad que le lleva a informar de que le conflicto aún continúa en la actualidad y de que los iniciales motivos religiosos e ideológicos de los rebeldes han ideo dejando paso al logro del dinero de los rescates. Es de señalar también el cuidado puesto por el realizador en los detalles: desde la fauna salvaje, incluyendo un imaginario y simbólico pájaro mitológico, a momentos de afectividad, desde la acción violenta a la jungla omnipresente y desde el canto a la vida que es la escena del parto a la más elemental lucha por la supervivencia.
Como dato curioso, conviene mencionar que Isabelle Huppert leyó el libro de memorias de Ingrid Betancourt para enriquecer su personaje, la mujer capturada y largamente retenida por las FARC.
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