(2) LA NOSTRA VITA, de Daniele Luchetti.

NEGRO PANORAMA ANTES DE LA TORMENTA
Los guionistas Sandro Petraglia y Stefano Rulli —responsables, entre otras, de la anterior película de Daniele Luchetti Mi hermano es hijo único (2007)— se manifiestan como herederos actuales del viejo Neorrealismo, con personajes ordinarios, llenos de espontaneidad y acuciados por problemas cotidianos que les sirve de instrumento para trazar un agridulce panorama social hecho con una mirada entrañable aunque crítica, siempre atemperada por recursos sentimentales propios del melodrama popular. La nostra vita se rodó en 2010 y aunque ya reflejaba el caos financiero vigente en Italia, todavía no mostraba los peores momentos de su grave recesión económica.
Como testimonio de una sociedad enferma, el film es elocuente: el negocio de la construcción en manos de empresarios improvisados deseosos de enriquecerse con rapidez; chapuzas, trampas e insolvencias; inmigración “ilegal” víctima de la explotación; trabajo irregular sin cobertura legal; economía sumergida con pagos y cobros “en negro”; tráfico de drogas; subcontratas de obras; edificios de delirante calidad técnica y de materiales, etc. Y todo acaba, lógicamente, en el desastre.
Ubicada en los suburbios de Roma y protagonizada por Claudio —el actor Elio Germano, premiado en Cannes—, un viudo con tres hijos, la película pretende ser una crónica realista con voluntad de denuncia pero la inconsistencia narrativa del guión lo impide, con esa llamada a la solidaridad familiar y un final feliz contrario a toda lógica.
La nostra vita es, pues, un intento fallido —y llegado con retraso— de retratar a esa gente modesta con la que se levantó la Italia del bienestar y que ahora sufre un colapso, un empeño loable pero perjudicado por un doblaje defectuoso y saboteado por una cámara al hombro con encuadres tan improvisados como imprecisos que dan lugar a una puesta en escena sin rigor alguno y a una frágil estructura narrativa que sólo sirve de soporte a un humanismo tan ingenuo y superficial además de ahogado por un optimismo forzado e incoherente.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.