(3) 4 DÍAS DE MAYO, de Achim von Borries.

VENCEDORES Y VENCIDOS
El realizador alemán Achim von Borries es el máximo responsable de este pequeño pero valioso drama histórico basado en hechos reales y ambientado en la II Guerra Mundial que enmarca con sorprendente verosimilitud una historia personal de gran interés dentro del episodio bélico más determinante del siglo XX. 4 días de mayo ofrece, en ese sentido, una mirada intimista que aboga por la confraternidad humana frente a la violencia, siguiendo la estela del mejor discurso antibelicista.
Esta coproducción germano-ruso-ucraniana traslada al espectador a los días previos a la firma de la paz, para asistir a una situación tan absurda como humana. En la costa báltica de Alemania ha desembarcado una patrulla soviética, que toma un orfanato como cuartel desde donde enfrentarse al ejército alemán que, en retirada, ha acampado en la playa. Allí se encuentran, entre otros, un niño huérfano que quiere ser héroe de la patria; una joven alemana que encuentra el amor en tiempos de guerra; una baronesa que demuestra ser un alma grande y acogedora; y un capitán soviético que se nos presenta como un hombre de principios y un padre con el corazón sangrante.
4 días de mayo pretende, con éxito, superar tópicos y generalizaciones fuertemente arraigadas para realizar una detallada descripción psicológica de personajes, huyendo de fáciles maniqueísmos y evitando posicionamientos que devaluarían el valor documental del film. Como muestra de ello, llama la atención la evolución sufrida por varios protagonistas, víctimas y verdugos, cuando entran en conflicto el patriotismo con los sentimientos personales. Por debajo del uniforme y de banderas, vemos que hay soldados soviéticos de buen corazón y honradez intachable, junto a otros de una mezquindad insuperable… y lo mismo se puede decir de los alemanes, pues no todos los militares a las órdenes de Hitler compartieron sus métodos ni objetivos de guerra, llegando a un punto en el que incluso se difuminan las fronteras entre bandos.
Así pues, deslegitimada la lucha para unos, inminente la victoria para otros, desconcertados e impotentes los demás, el caso es que todos los personajes de la película se hallan en una encrucijada moral que cambiará sus vidas.
A pesar de la deriva complaciente y autogratificante en la que, ocasionalmente, cae 4 días de mayo, Achim von Borries configura una acertada radiografía de la naturaleza humana en contextos adversos, enfrentando a personas con dilemas éticos que se plasman en sus conductas.
Vale la pena.
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