(2) TESIS SOBRE UN HOMICIDIO, de Hernán Goldfrid.

LOS ELEMENTOS DEL CRIMEN
Este segundo largometraje de Hernán Goldfrid, profesor de audiovisual procedente de la TV y de la publicidad, es una coproducción hispano-argentina en la que ha participado Gerardo Herrero y cuyo guión es adaptación de la novela homónima de Diego Paszkowsky. Se trata de un thriller psicológico protagonizado por Ricardo Darín en el papel de abogado dedicado a la docencia del derecho penal y que dirige un seminario sobre criminología en la Universidad de Buenos Aires. La personalidad del profesor está bastante bien encarnada por el actor argentino: un experto profesional volcado en la enseñanza pero un hombre solitario tras su divorcio y con una fuerte adicción al whisky y al tabaco.
El problema de la película es que baraja y confunde dos referentes que no logran una conjunción satisfactoria. Por una parte tenemos una trama que, a partir de un asesinato, maneja abundantes dosis de intriga y de suspense, con la investigación llevada a cabo por el protagonista para identificar al homicida, que él cree ver en uno de sus alumnos más aventajados. El probable trastorno mental del protagonista, que se erige en justiciero al suplantar la labor de fiscales y policías, sus enfermizas obsesiones, le llevan a confundir la realidad con sus fantasías.
Pero más confusa y fallida resulta la presunta reflexión que hace el film sobre la ley y la justicia, sobre la legalidad y la legitimidad, conceptos que la ciencia jurídica resolvió hace tiempo: la función punitiva del Estado basada (o no) en fundamentos democráticos; la libertad individual como requisito de la responsabilidad penal, de tal manera que el pensamiento no delinque; la importancia de las motivaciones, el escenario y las pruebas del delito; la posibilidad de tipificar y castigar los mismos hechos de manera distinta según las circunstancias; los conceptos básicos de imputabilidad, culpabilidad y la graduación de las penas; los límites entre voluntad personal y seguridad colectiva, etc.
En este último aspecto, el de la teoría jurídica aplicada a la práctica, Tesis sobre un homicidio resulta ser poco más que una embrollada secuela de dos ilustres antecedentes fílmicos inspirados en un suceso real acaecido en Estados Unidos en los años 20: La soga (Alfred Hitchcock, 1948) e Impulso criminal (Richard Fleischer, 1959). En ellos se narra el caso de dos estudiantes inteligentes, ricos y audaces que asesinaron a una muchacha sin móvil aparente aunque posiblemente a consecuencia de una disparatada aplicación de tesis filosóficas y psicológicas, desde la idea del “superhombre” que actúa con una voluntariedad situada más allá del bien y del mal (F. Nietzsche) a la posibilidad de cometer el crimen perfecto y, por tanto, libre de castigo social.
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