(2) LOS ÚLTIMOS DÍAS, de Álex y David Pastor.

AGORAFOBIA APOCALÍPTICA
Hollywood nos ha adoctrinado en el convencimiento de que las magnas gestas, los conflictos más graves y las calamidades más extremas tienen origen y escenario en Estados Unidos. Por ello sorprende el primer largometraje español de los hermanos Pastor, tras su frustrada experiencia americana con Infectados (2009), al poner en entredicho este aforismo —al igual que hizo Jorge Torregrosa en su malogrado Fin (2012)— ubicando un contexto apocalíptico en las calles de Barcelona.
Sin llegar a explicar la naturaleza exacta del cataclismo —como sucede en El incidente (2008) de M. Night Shyamalan, con quien comparte además reflexiones sobre la naturaleza humana y su reacción ante situaciones límite—, Los últimos días narra las vicisitudes de dos supervivientes de una epidemia global de agorafobia que aúnan sus fuerzas para buscar a sus respectivos seres queridos, trasladándose por un subsuelo —metro, alcantarillas…— convertido en una peligrosa jungla sin orden ni ley. No importa tanto la causa del funesto contexto ya que los responsables del film no pretenden profundizar en el tema del fin del mundo sino centrarse en las experiencias vitales de unos personajes contextualizados en un marco dantesco de anarquía y terror, configurando una sencilla historia de amistad y reagrupación familiar enriquecida por abundantes flash-backs que explican los antecedentes de la catástrofe y las circunstancias personales y laborales previas de los protagonistas.
Resulta meritoria la plasmación visual de una ciudad decadente y abandonada a su suerte, gracias a un ambicioso diseño de producción y a unos recursos técnicos limitados pero muy bien aprovechados que recrean las ruinas de lo que antes fueron lugares emblemáticos de la ciudad condal. También se percibe el respeto y el conocimiento de los códigos y la historia del cine fantástico y de catástrofes a partir de los cuales se inspiran los directores.
Sin embargo, en un intento —logrado, por otra parte— de otorgar a Los últimos días una estética hollywoodiense basada en un sólido apartado técnico y un desarrollo narrativo efectista y funcional, Álex y David Pastor reproducen las limitaciones típicas del reciente cine de catástrofes made in USA, cuyo título más representativo es la desmesurada 2012 (2009). Siendo la mayor un desequilibrio irresoluble entre la épica del contexto, descrita en imágenes captadas con un objetivo gran angular, y el drama episódico de unos personajes que no acaban de ser creíbles aun aceptando cierta coherencia interna en el relato. A pesar de todo, vale la pena por lo exótico del producto en el cine patrio.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.