(2) LOS CROODS: UNA AVENTURA PREHISTÓRICA, de Kirk De Micco y Chris Sanders.

VERSIÓN ANIMADA DE LA CAVERNA DE PLATÓN
La animación estadounidense vive desde hace unos lustros en un desarrollo efervescente gracias a la encarnizada lucha por la taquilla de los principales estudios, cuyo resultado beneficia a los amantes de este infravalorado género. Tras Disney, líder indiscutible del mercado debido a los éxitos de Pixar, DreamWorks sigue su estela con productos tan sólidos como la presente película: Los Croods: Una aventura prehistórica, una versión humanizada de la destacable saga Ice Age de la 20th Century Fox.
Parte importante de su éxito es la participación de Chris Sanders en el proyecto, uno de los más reconocidos autores de la industria animada cuyo particular sello artístico ha logrado trascender el negocio cinematográfico. Después de su discreto debut con Lilo & Stitch (2002), alcanzó merecida fama con Cómo entrenar a tu dragón (2010) y ahora se consolida con una entretenida versión animada de la caverna de Platón, explicación metafórica realizada por el célebre filósofo griego sobre la situación en que se encuentra el ser humano respecto del conocimiento.
Bajo el formato de una ágil y divertida comedia con abundantes dosis de aventura, el film narra el viaje físico y psicológico de una tradicional familia de trogloditas que, obligados a abandonar la seguridad de su cueva a consecuencia de un terremoto, emprenden la peligrosa búsqueda de un nuevo hogar, descubriendo un vasto mundo poblado por increíbles criaturas y espectaculares paisajes. Una road movie que reclama la necesidad de vencer los miedos que nos paralizan para lanzarnos a la persecución de nuestros sueños, deseos y aspiraciones.
Las virtudes de esta lúdica y recomendable animación son cuatro: un convincente diseño de personajes y escenarios que proporciona humanidad a seres creados por ordenador enmarcados en un decorado de una riqueza cromática apabullante; un ritmo y una planificación que apenas permiten tomar aire en las abundantes escenas de acción; un humor con pretensiones dirigido tanto al público infantil como al adulto; y una atención por los detalles sorprendente en el apartado técnico.
No puede evitarse las moralejas correspondientes, pero los conflictos son mostrados con insólito rigor: la disciplina liberticida de un padre sobreprotector; la rebeldía de unos hijos adolescentes, las sempiternas antipatías entre yerno y suegra, la inevitable rivalidad entre padre y novio de la hija… todo ello es mostrado con naturalidad y soltura a la hora de describir a esta particular familia.
Los Croods: Una aventura prehistórica merece la pena, por tanto, incluso para los no doctos en esta especialidad cinematográfica. Es la prueba de que la animación puede ser algo más que una simple sucesión de dibujos en movimiento destinado a niños. Démosle al menos una oportunidad.
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