(1) GANGSTER SQUAD, de Ruben Fleischer.

LOS INCORRUPTIBLES DE L.A.
Debo advertir a quien tenga la curiosidad de ver Gangster Squad que se sentirá desengañado si pretende con ello rememorar la época dorada de un género tan específicamente estadounidense como el de gángsters. El retrato moralment ambiguo de la condición humana mostrado en sus títulos emblemáticos, principal aportación de este tipo de films, ha sido sustituido por una visión idealizada del cuerpo policial en lo que se me antoja un mero canto al heroísmo. Por tanto, esta película carece de matización suficiente para reflejar la confusa ética de quienes se enfrentan al crimen organizado recurriendo a sus mismas armas, unos personajes planos incapaces de evolucionar basados en estereotipos de tebeo. Ante tal diagnóstico, sólo recomiendo su visión como mero pasatiempo.
Sin embargo, el film aparentaba algo más: un elenco de estrellas consolidadas, un cuidado diseño de producción, una historia basada en hechos reales que otorga cierto grado de credibilidad, un abultado presupuesto que garantiza las socorridas escenas de acción… Pero Ruben Fleischer, conocido hasta ahora por cintas de índole cómica, firma un hueco entretenimiento aunque, eso sí, con un elegante envoltorio. Ni siquiera funciona como homenaje al género pues sus referencias no son las imprescindibles Hampa dorada (Mervyn LeRoy, 1931), El enemigo público (William A. Wellman, 1931), Scarface, el terror del hampa (Howard Hawks, 1932) o Los violentos años 20 (Raoul Walsh, 1939). Su verdadera fuente de inspiración es una cinta posterior, Los intocables de Eliot Ness (Brian de Palma, 1987), considerada uno de los primeros refritos temáticos, al que copia argumento de manera descarada. Tanto derroche de dinero, ambientación y reparto únicamente ha conseguido crear una pobre imitación de una obra menor, quedando a años luz de los grandes clásicos del cine policíaco.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.