(0) MUERTOS DE AMOR, de Mikel Aguirresarobe.

CELOS PATOLÓGICOS
Burda, maniquea e insustancial comedia dirigida por el debutante Mikel Aguirresarobe, Muertos de amor personifica esa fracción de la cinematografía española que ampara toda clase de prejuicios y reproches que inmerecidamente suelen generalizarse al resto de producciones españolas.
Bajo el prisma de la caricatura más ramplona, el film retrata a un potencial maltratador al narrar la sufrida existencia de un hombre terriblemente celoso que, tras perder el brazo en un accidente y su trabajo de camarero en el Ritz, paga su frustración con su esposa mientras sospecha de la constante infidelidad de ésta. La pobre mujer, enganchada a la literatura rosa para evadirse de su mediocre existencia, acaba viviendo un romance con el chef del restaurante donde trabaja. Llama la atención que un tema tan serio sea tratado de una manera tan frívola.
Liviana adaptación de la novela homónima del escritor Carlos Cañeque, Muertos de amor reflexiona —léase con ironía— sobre los celos en las relaciones de pareja, las infidelidades amorosas y las segundas oportunidades, todo salpicado por el humor más casquivano y aderezado por los tópicos más rancios de la típica españolada. Huir.
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