(1) LOLA VERSUS, de Daryl Wein.

SOLTERA EN NUEVA YORK
El joven director Daryl Wein se ha propuesto, junto a su pareja la actriz y guionista Zoe Lister Jones, renovar la comedia romántica estadounidense partiendo de diversos referentes aparentemente antagónicos: por un lado, persigue afiliarse al tan cacareado cine independiente USA, elaborando un relato low cost urbano y cosmopolita fundamentado en la réplica y contrarréplica de diversos personajes en busca de la ansiada felicidad. Por otro, y contradictoriamente, asimila los convencionalismos más burdos del cine comercial para configurar un precario y deficiente vodevil que retrata la vida sentimental de un grupo de jóvenes neoyorquinos.
Y es que la sombra de la ya clásica serie Sexo en Nueva York es muy larga, resultando inevitable la comparación: la protagonista también es una treintañera soltera de la Gran Manzana que, tras sufrir una inesperada ruptura, inicia un proceso de experimentación y autodescubrimiento en el que se mete constantemente en líos amorosos mientras reflexiona en off sobre la naturaleza del amor y del sexo.
Lejos de la naturalidad, no exenta de melancolía, de la interesante (500) Días Juntos (2009), una auténtica bocanada de aire fresco en el maltratado género, Lola versus carece absolutamente de chispa reproduciendo ese odioso “cine de guión” en el que los personajes hablan y actúan artificialmente obligados por las ocurrencias de un guión incapaz de desprender cualquier atisbo de vida. Ni siquiera Greta Gerwig, la solicitada actriz del momento con el permiso de las galardonadas Jessica Chastain y Anne Hathaway, puede evitar mi decepción.
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