(2) LA HIJA DE MI MEJOR AMIGO, de Julian Farino.

FALSA INCORRECCIÓN POLÍTICA
El director británico Julian Farino, responsable de numerosos episodios de series televisivas de éxito como Sexo en Nueva York, El séquito y Big Love, debuta en el cine USA con una entretenida comedia dramática que pretende arremeter contra los endebles pilares morales de la sociedad “bienpensante” estadounidense.
Para ello aborda la relación sentimental entre un maduro padre de familia y la veinteañera hija de sus mejores amigos, vecinos de enfrente. Un romance adúltero que reúne, además, una manifiesta diferencia de edad y una previa amistad íntima entre familias, lo que da pie al realizador a criticar la tan cacareada American Way of Life simbolizada en esa fingida felicidad hogareña que acompaña las típicas celebraciones anglosajonas como el Día de Acción de Gracias.
Sin embargo, La hija de mi mejor amigo no alcanza la acidez y la crueldad que manejaba, por ejemplo, American Beauty (1999), la opera prima de un joven Sam Mendes que parodiaba contundentemente el llamado “sueño americano”. La razón es simple: la adopción de una falsa incorrección política que le da aspecto de cine indie norteamericano a pesar de que no pueda obviarse su condición de mero producto comercial.
Se agradece que a punto de entrar en épocas navideñas, con su inevitable saturación de estrenos ensalzadores de su espíritu solidario, nos llegue esta producción de portes canallas y ánimo provocador. Pero pronto manifiesta su carácter timorato: el conflicto es siempre dulcificado bajo la óptica del humor, cualquier alusión al sexo es eliminado aunque el tema obligue a retratarlo, el punto de vista lo detenta un personaje secundario ajeno al affaire, no se profundiza en la naturaleza de la relación amorosa de los protagonistas y el desenlace no concuerda con lo anteriormente mostrado constatando cambios drásticos de comportamiento en personajes que habían mantenido la coherencia a lo largo del metraje.
A pesar de todo, La hija de mi mejor amigo juega con dos elementos destacables a su favor: un reparto coral de alto nivel y unos diálogos inteligentes que dicen más de lo que parece. Ello aporta un grado de solvencia superior a la media de este tipo de comedias, víctimas frecuentes de un proceso de caricaturización de personajes y situaciones, por lo que considero injusto castigar la película con menos puntuación que la fijada.
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