(1) HOTEL TRANSILVANIA, de Genndy Tartakovsky.

LOS MONSTRUOS YA NO SON LO QUE ERAN
Resulta desconcertante hasta qué punto la postmodernidad ha desnaturalizado a aquellos monstruos que antaño alimentaban las pesadillas de cualquier adolescente hasta convertirlos en simples caricaturas. Ya no se amenaza al niño desobediente con ser víctima del hombre del saco, pues los “asustadores” han pasado a ser “asustados” en esta época de lo políticamente correcto y porque ahora el malo es el ser humano. Pruebas de su reinterpretación son, por ejemplo, las famosas Monster High y esa versión postromántica de vampiros y licántropos de cierta saga crepuscular, que han transformado la naturaleza malvada de estos personajes en algo atractivo y adorable para las nuevas generaciones de espectadores.
Hotel Transilvania otorga carta de naturaleza a este curioso fenómeno pues los grandes clásicos de la literatura y del cine de terror —el conde Drácula, Frankenstein, el Hombre Lobo, la Momia, etc.— son mostrados ahora en clave de comedia en una entretenida pero discreta animación producida por Sony Pictures y dirigida por un debutante Genndy Tartakovsky, responsable de diversas series de TV como Las Supernenas y El laboratorio de Dexter, entre otras.
Lejos del tono melancólico, gótico y siniestro de Tim Burton, Hotel Transilvania rezuma humor blanco, buenos sentimientos y mucha acción, configurando una previsible historia de autodescubrimiento en la que se critica la sobreprotección de los padres hacia los hijos y se exalta, nuevamente, el amor adolescente como aquel que te cambia la vida para siempre.
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Como bien mencionas Hotel Transylvania es una visión completamente diferente de los monstruos que de niños nos aterrorizaban, ahora los vemos con problemas de familia, amigables y como unos seres que nos temen a los humanos. Pero resulta una película de animación buena y entretenida, como dices tiene humor blanco para toda la familia y el mensaje del final es bueno, además de que tienes razón el amor adolescente siempre te deja marcado, pues es tu primera ilusión.