(1) COSMOPOLIS, de David Cronenberg.

EN LIMOSINA POR LAS CALLES DE MANHATTAN
Decepcionante película del irregular cineasta canadiense David Cronenberg, que me había gustado bastante más en Una historia de violencia (2005), Promesas del Este (2007) y Un método peligroso (2011), pero que en esta fallida producción de Paulo Branco —adaptación de una novela, profética en gran medida, de Don DeLillo (2003), también co-guionista— elabora una pretenciosa y apocalíptica parábola sobre el capitalismo, centrada en la crisis económica y moral del mundo actual y encarnada en Eric Packer —el discutible actor Robert Pattinson—, un tiburón de las finanzas que recorre Manhattan a bordo de un enorme coche de lujo, sentado en una especie de trono, siendo partícipe de una serie de encuentros conflictivos y víctima de peligrosos incidentes a lo largo de las 24 horas que abarca el relato.
Cosmopolis podría catalogarse como un ejemplo de ciencia-ficción urbana, una fábula sobre el poder absoluto del dinero —tan caprichoso como corruptor— hecha por desgracia con un abuso de la metafísica, presente tanto en frases lapidarias como en situaciones cargadas de simbolismo cuyo sentido resulta ambiguo cuando no hermético. Del estilo fílmico de Cronenberg —auxiliado por su músico habitual Howard Shore— encontramos también aquí elementos como la violencia, el sexo, la codicia y cierto aire de misterio, pero el film acaba difuminándose al carecer de una estructura narrativa lo bastante coherente y de personajes construidos con una mayor solidez.
Todo gira en torno al protagonista, cuya concepción totalmente subjetiva y abstracta de la gran ciudad pretende constituir una metáfora del caos social, económico y ético imperante en estos tiempos. Su mente es capaz de visualizar el futuro, mientras el interior de su limusina aparece como representación de un moderno palacio, rebosante de riqueza y de tecnología, pero completamente aislado del exterior, alejado de la propia realidad.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.