(2) LAS AVENTURAS DE TADEO JONES, de Enrique Gato.

EL INDIANA JONES HISPANO
Con el permiso de la todopoderosa cinematografía estadounidense, la animación española se va haciendo poco a poco un hueco en las salas de exhibición demostrando la valía de sus profesionales, si bien viene sufriendo una carencia endémica de recursos técnicos y económicos que la han arrinconado injustamente. El lince perdido (2008) y Planet 51 (2009) fueron honrosas excepciones, aunque no llegaron al público masivo al que iban dirigidos. Precedida por una monumental campaña publicitaria, Las aventuras de Tadeo Jones, del joven vallisoletano Enrique Gato, es una nueva propuesta con el que competir, en nivel de aparente igualdad, con las productoras responsables de Toy Story (1995), Shrek (2001) y Ice Age: La Edad de Hielo (2002).
Protagonista de dos galardonados cortometrajes del mencionado Enrique Gato —quien obtuvo el Premio Goya al Mejor Cortometraje de Animación en 2005 y en 2007—, el albañil con delirios de intrépido arqueólogo Tadeo Jones ha dado el salto al largometraje en una entretenida animación que homenajea el género clásico de aventuras en general y al personaje creado por George Lucas y Steven Spielberg en particular, configurando una simpática aventura familiar con pretensiones taquilleras y vocación internacional.
Las aventuras de Tadeo Jones asimila los parámetros de las producciones USA, tanto en lo referente al diseño de personajes, a la estética del dibujo animado, a los tramados narrativos y a las consabidas moralejas, difuminando cualquier seña de identidad nacional con la intención de vender un producto adaptado a un mercado global, especialmente el norteamericano. Sus guiños al cine de aquel país son constantes, incorporando elementos característicos como esos personajes secundarios, generalmente animales antropomorfizados, que funcionan como contrapunto cómico.
Aunque puede considerarse un salto importante en la calidad de la animación hispana, Las aventuras de Tadeo Jones todavía no alcanza el grado de perfección técnica de las grandes superproducciones de Pixar, Dreamworks y Fox. Esto se percibe en la pobre definición de los detalles y de los fondos, las texturas, los brillos y las sombras, la expresividad facial y especialmente el tratamiento capilar, que no alcanza el grado de deslumbramiento visual que logra, por ejemplo, Brave (indomable) (2012).
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.