(1) SIN FRENOS, de David Koepp.

ENTREGA URGENTE
La quinta película de David Koepp, más conocido como guionista que por su faceta como realizador, es una discreta aventura juvenil con andamiajes propios del thriller, realizada sin pretensiones pero con un indiscutible sentido del ritmo.
Para ello se introduce en el mundo de la mensajería exprés, narrando la frenética persecución por las calles de Nueva York de un policía corrupto tras un joven repartidor adicto a la velocidad, empeñado en interceptar la entrega de un misterioso sobre.
Visualmente muy atractiva, Sin frenos comparte el “estilo Greengrass”: un montaje endiablado que proporciona la sensación de no dar un segundo de respiro al espectador formado por complicados encuadres que captan poderosas imágenes desde diversas perspectivas, todo ello aderezado por unos simpáticos efectos de postproducción que convierten el film en un chute de adrenalina. A ello hay que añadir una enérgica banda sonora encabezada por el famoso Baba O’Riley, de The Who.
Lo mejor, por tanto, son las escenas de acción, porque el resto deja bastante que desear, como una trama pueril que apenas se sustenta, una sucesión de tópicos a la hora de retratar personajes y lugares, y un desenlace apuntalado por argucias sentimentales de poca consistencia. Entretiene al menos.
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