(2) HEADHUNTERS, de Morten Tyldum.

ENTRETENIDO THRILLER NÓRDICO
Los thrillers nórdicos se han puesto de moda entre nosotros y nos llega ahora uno basado en la novela homónima de Jo Nesbø y dirigido por el noruego Morten Tyldum, un cineasta inédito en nuestras pantallas con estudios en Nueva York y trabajos en TV, spots publicitarios, vídeos musicales y cortometrajes. Headhunters es cine de género, un thriller que combina ambición y sexo, violencia y traición en una narración que resulta bastante comercial en el que no falta acción, intriga y suspense, pero que evidencia también solidez narrativa, todo lo cual viene aderezado por atractivos y modernos elementos como son el tráfico de obras de arte, las sofisticadas novedades tecnológicas o los manejos de las grandes empresas.
Fundamentales son en el film sus actores principales: Akel Hennie encarna a Roger Brown, un ejecutivo “cazatalentos” triunfador, casado con una hermosa propietaria de una galería de arte pero secreto ladrón de valiosas pinturas para procurarse un nivel de vida superior a sus posibilidades reales. Es el típico antihéroe: un protagonista con poder y encanto pero guiado por una doble moral que le convierte en un delincuente. El antagonista es Clas Grev, interpretado por Nikolas Coster-Waldau, un actor dotado de un buen físico, aquí una entrenada máquina de matar al que ya pudimos ver en El vigilante nocturno (1994), de Ole Bornedal, y en films de Ridley Scott y de Richard Loncraine antes de participar en Blackthorn, sin destino (2011), de Mateo Gil, y en la exitosa serie televisiva Juego de Tronos.
Headhunters es una obra correcta pero que carece del estilo sintético y directo del mejor cine “negro” USA y que anda lejos del realismo cotidiano propio del polar francés. Podría afirmarse, incluso, que es un producto de laboratorio portador de una crítica sutil hacia personajes y valores que triunfan en una sociedad que ha entronizado el consumo de lujo, sin obviar una moraleja dirigida a condenar a quienes aspiran a hacerse ricos rompiendo las más elementales reglas de la legalidad y las normas de la decencia.
Resumiendo, diremos que la película tiene una primera parte imaginativa que engancha la atención del espectador; una parte central bastante convencional, espectacular y sangrienta; y un final artificioso con rebuscadas situaciones y un desenlace feliz que desentona con el resto del relato.
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