(3) EL CABALLERO OSCURO: LA LEYENDA RENACE, de Christopher Nolan.

ÉPICO DESENLACE
Christopher Nolan concluye aquí una de las sagas superheroicas más destacables de la cinematografía USA, configurando un épico desenlace de su trilogía de Batman, el atormentado héroe creado para DC Cómics por el artista Bob Kane cuya primera aparición tuvo lugar en Detective Comics nº 27 (mayo de 1939). Tras la línea gótica y siniestra de Tim Burton en Batman (1989) y Batman vuelve (1992) y el tono pop y caricaturesco de Joel Shumacher en Batman forever (1995) y Batman & Robin (1997), la versión “realista y oscura” del citado realizador ha supuesto un punto y aparte en la filmografía del personaje, en una necesaria revitalización tras el desgaste sufrido por los últimos films.
Transitando por un camino mucho más serio, solemne y sombrío que lo conocido anteriormente, Batman begins (2005), El caballero oscuro (2008) y El caballero oscuro: la leyenda renace han logrado engrandecer un (sub)género injustamente repudiado por cierto sector intransigente de la crítica especializada, dotándolo de profundidad psicológica, de complejidad argumental y de trascendencia artística. Sin renunciar a las consabidas dosis de acción, esta saga contiene una trabajada construcción de personajes y un mayor poso dramático, dando forma a un “universo” creíble, sólido y coherente. Nadie puede negar que la trilogía creada por Nolan supera la típica y clásica historia de superhéroes, generalmente maniquea e infantil, adoptando muchos elementos característicos del thriller policíaco. Pero la mayor virtud del director británico-estadounidense ha sido aunar la espectacularidad propia del cine más comercial con el estilo personal e intransferible del cine de autor: pese a lo que digan sus detractores, el Batman de Nolan es único e irrepetible. El “estilo Nolan” ha creado escuela y ha sido imitado, con resultados desiguales, en numerosas adaptaciones de personajes del mundo del cómic a la gran pantalla.
Además de reflejar en su argumento evidentes paralelismos con el contexto de crisis económica y moral que vive Occidente, El caballero oscuro: la leyenda renace cierra con éxito todas las tramas abiertas desde su primera entrega, la que presentó al personaje ofreciendo un nuevo origen, pasando por la segunda, en la que se enfrentó a su peor enemigo y se consolidó como el defensor de Gotham. En esta ocasión, y trasladando libremente las historias Batman: la venganza de Bane y La caída del murciélago (Knightfall) publicadas a lo largo de 1993, nuestro protagonista se enfrenta a un grupo terrorista encabezado por el despiadado Bane, capaz de provocar el caos en la ciudad antes de intentar destruirla del todo. También aparece una nueva Catwoman que, fiel al cómic, interpreta un ambiguo papel como astuta y hábil delincuente con síndrome de Robin Hood que acaba empatizando con el Señor de la Noche.
A pesar de su condición de digno final de la saga, El caballero oscuro: la leyenda renace no alcanza la magnificencia de su predecesora, la cual había puesto el listón muy alto. Y es que la sombra del Joker es alargada, echándose en falta la tridimensionalidad del personaje interpretado por el tristemente desaparecido Heath Ledger. No es que sea insustancioso el Bane de Tom Hardy, pero éste carece del renombre y del carisma de aquél.
Nos encontramos, por tanto, ante el final de una franquicia iniciada ocho años atrás. Posiblemente, Batman regresará a las salas de cine. Pero ya no será en manos de Christopher Nolan, que se despide dejando un muy buen sabor de boca.
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