(2) THE AMAZING SPIDER-MAN, de Marc Webb.

ULTIMATE SPIDERMAN
Al peligro, siempre latente, de un posible hartazgo por saturación de las numerosas adaptaciones fílmicas de célebres personajes del cómic USA, se añade ahora el riesgo de abusar de la paciencia del espectador con la revitalización de franquicias agotadas para seguir exprimiendo la gallina de los huevos de oro. Esto viene a cuento por el estreno de The Amazing Spider-Man, la nueva incursión del hombre arácnido en la gran pantalla, que me ha provocado sentimientos contrapuestos. ¿Es intrínsecamente malo un reborn o una reinvención de algo que se desgasta? No, de hecho hay buenos ejemplos: el Batman de Christopher Nolan ha encumbrado de nuevo al personaje de DC y ha permitido olvidar la deriva caricaturesca de Joel Shumacher. Pero no conviene jugar con los sentimientos de los lectores de cómics y aficionados al género. Esto huele a rancio oportunismo.
Abjurando de la saga dirigida por Sam Raimi, más ingenua y colorista que la presente, sus responsables han querido empezar desde cero, en un punto y aparte de la filmografía del personaje creado por el guionista Stan Lee y el dibujante Steve Ditko en el nº 15 de Amazing Fantasy, publicado en agosto de 1962. Este reboot cinematográfico de Peter Parker, mucho más oscuro y visceral, comparte muchas similitudes con un cómic del año 2000, Ultimate Spiderman, menos conocido por la audiencia general. La línea Ultimate es una versión modernizada de un Universo Marvel que observaba con preocupación que sus fieles lectores envejecían mientras las generaciones más jóvenes no se incorporaban en su lectura. Por ello empezaron desde el número 1 y se actualizaron los orígenes de héroes y villanos, dándoles un contexto y una imagen propios del siglo XXI si bien se respetaba la esencia de estos personajes. A todos los efectos, considero The Amazing Spider-Man una lavada de cara tras el fiasco de Spiderman 3 (2007), que sin embargo llega demasiado pronto pues todavía se encuentra fresca en nuestra memoria su anterior adaptación. Y es que las prisas se explican por cuestiones legales, ya que Sony quería retener los derechos del personaje y evitar así que volvieran a manos de Marvel. Puro negocio.
Las comparaciones son siempre odiosas, pero resulta inevitable aludir constantemente a la saga dirigida por Sam Raimi. Mientras el primero respetó los orígenes clásicos de Spiderman, Marc Webb los actualiza modificando elementos sustanciales del cómic tradicional: Peter Parker vuelve a ser un estudiante de instituto, su interés romántico no es la pelirroja Mary Jane sino la rubia Gwen Stacy y sus ausentes padres adquieren una importancia vital en el desarrollo argumental. Otra notable diferencia es que el tono paródico de la trilogía de Sam Raimi desaparece para enfatizar el trasfondo dramático del héroe atormentado por la muerte de su tío sin que él lograra evitarlo.
A pesar de todo, la historia es la de siempre, lo que puede dar esa incómoda sensación de dejà vu: un joven huérfano que vive con sus tíos adquiere unos increíbles poderes tras la picadura de una araña modificada genéticamente. Mientras aprende a convertirse en héroe y vive un romance juvenil con una compañera de instituto, se enfrenta al villano de turno, esta vez el Dr. Curt Connors, alias El Lagarto.
Sin querer entrar en un estéril debate sobre si debe valorarse la fidelidad al cómic o si la traslación al cine permite abarcarse desde una perspectiva diferente, hay que reconocer que The Amazing Spider-Man respeta el alma del personaje, ese eterno adolescente atrapado entre sus nuevas obligaciones como superhéroe enmascarado y el deseo por integrarse en los círculos sociales donde se mueve, retratando dignamente los estados de incomprensión por su condición de hijo abandonado y de aflicción por la enorme responsabilidad que conlleva poseer un gran poder.
Debe reconocerse también que Marc Webb, formado en el mundo del videoclip y autor de la destacable (500) días juntos, logra crear un relato entretenido, apostando no sólo por la espectacularidad de las escenas de acción y el derroche de efectos especiales propios de un blockbuster de verano sino también por el desarrollo dramático de sus personajes en un intento de profundizar psicológicamente en sus motivaciones, deseos e inquietudes. Se percibe las ganas de configurar una versión del conocido relato menos inocente que lo anterior, si bien no puede desligarse del carácter infantil de su referente.
Pero el gran acierto de este film es, sin duda, la elección del elenco actoral, cuyas interpretaciones mejoran sensiblemente la saga de Sam Raimi: el Spiderman de The Amazing Spider-Man no es tan ñoño e insípido como el interpretado por Tobey Maguire, sino que Andrew Garfield le da mucha mayor complejidad, además de tener una constitución perfecta para calzarse las mallas rojas y azules. Y Emma Stone da vida a una Gwen Stacy decidida e inteligente que no necesita ser salvada por Spiderman, alejada de la delicada Mary Jane interpretada con desgana por Kirsten Dunst. El resto cumple su cometido.
El relanzamiento de las aventuras de Spiderman se ha convertido ya en un éxito de taquilla, recaudando en EE.UU. más 140 millones de dólares la primera semana tras su estreno. La jugada les ha salido redonda. Nos conocen bien, maldita sea.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.