(3) PLASTIC PLANET, de Werner Boote.

LOS HIJOS DE LA EDAD DE PLÁSTICO
Werner Boote forma parte de esa generación de realizadores austríacos que, en los últimos lustros, han encumbrado el género documental haciendo de la degradación medioambiental y de las perversiones del sistema capitalista sus temas identitarios. Si Michael Glawogger denunciaba las desigualdades sociales en un lúcido retrato de la pobreza y la esclavitud moderna titulado Megacities (1998), o Erwin Wagenhofer y Nikolaus Geyrhalter retrataban las cloacas de la industria alimentaria globalizada en sendos films sobre la escasez dentro de la abundancia y sobre el tratamiento industrial de la comida en Nosotros alimentamos al mundo (2005) y Nuestro pan de cada día (2005), Boote analiza los devastadores efectos sobre nuestra salud y sobre el ecosistema de la omnipresencia del plástico en la actualidad; presente en la ropa que vestimos, en la comida que comemos, en los objetos más cotidianos y, en ocasiones, incluso dentro del cuerpo humano en forma de silicona.
Haciendo gala del estilo personalista de Michael Moore, aunque en un tono mucho más amable –huye en todo momento de la provocación si bien no evita la controversia– y pedagógico –su racionamiento científico elude la mera soflama– que éste, el guionista y realizador de Plastic Planet se presenta como el nieto de un pionero de la industria del plástico que, tras años de investigación, ha abjurado de los supuestos beneficios de la era del plástico, denunciando la destrucción medioambiental y los efectos perniciosos que provoca su uso frecuente en nuestra salud.
Premiada en multitud de festivales internacionales, Plastic Planet elabora un discurso ameno, fluido y coherente sobre los peligros del plástico. Utilizando una amplia gama de recursos narrativos, que van desde la voz en off aportando rigurosos argumentos, la entrevista a toda clase de científicos y empresarios del sector o la animación como expresión gráfica de las ideas que se van exponiendo, el documental despierta la conciencia del espectador, pero no creando rechazo sino incitando un consumo mucho más responsable de este material sintético.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.