(3) MOONRISE KINGDOM, de Wes Anderson.

EL PRIMER AMOR
Regresa a la gran pantalla el genuino Wes Anderson con Moonrise Kingdom, un film que inauguró el pasado Festival de Cannes con una tibia acogida por parte de la prensa especializada. Está claro que, ejemplo de estilo intransferible caracterizado por su codificada estética y por su lirismo sutil, al citado director estadounidense o se le ama o se le odia; no hay término medio. Es comprensible, pues no es un autor fácil de digerir. Refleja en sus films un acotado microuniverso donde la excentricidad y el humor extravagante son la norma, situándose a medio camino entre el surrealismo y la crítica social, poblado por personajes solitarios que naufragan en un mar de melancolía. Diríase que, demostrando una admirable coherencia personal, exprime la realidad para redefinirla en términos de cuento infantil para adultos, causando el rechazo en aquel público acostumbrado a discursos más mayoritarios si bien encandila a un espectador más sensible y sediento de cierta trascendencia artística.
Concebido como un bello y cómico relato sobre el primer amor, Moonrise Kingdom recrea el inocente y tierno enamoramiento de dos jóvenes de 12 años que, ante la incomprensión de quienes les rodean, deciden abandonar sus ataduras y embarcarse en un viaje de experimentación y autoconocimiento mutuo. Ello da pie a una de las miradas más espontáneas y lúcidas sobre el romance adolescente que recuerde, pero también sobre las primeras actitudes de rebeldía ante un rígido mundo, el de los adultos, encorsetado por una excesiva reglamentación y corrompido por las mentiras y las falsas apariencias, brillantemente encarnado por los padres de la protagonista, el jefe de la policía local y el jefe de los scouts.
Fiel a su particular visión cinematográfica, Wes Anderson derrocha poderío visual que parte de una estética kitsch evocadora de unos idílicos años 60, época en la que se contextualiza la historia. Moonrise Kingdom configura una narración brillantemente elaborada: planos exquisitos y cuidados al detalle, una fotografía rebosante de color y textura, una banda sonora diseñada para despertar la nostalgia y una puesta en escena tan pulcra como eficiente.
Finalmente, es obligatorio mencionar el reparto, encabezado por dos figuras emergentes que protagonizan el film, Jared Gilman y Kata Hayward, y una sucesión de estrellas consolidadas como son Bruce Willis, Edward Norton, Bill Murray, Frances McDormand, Tilda Swinton y Harvey Keitel.
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