(1) UN LUGAR PARA SOÑAR, de Cameron Crowe.

PARADIGMA DEL ÉXITO
Adicta a las historias personales de redención y superación, Hollywood ha encontrado un filón en los relatos autobiográficos de aquellos que, desde la nada o empezando de cero, alcanzan tras mucho esfuerzo y dedicación las mieles de la gloria.
Un lugar para soñar es el enésimo ejemplo de ello: adaptación del relato We bought a zoo de Benjamin Mee, auténtico fenómeno editorial en Estados Unidos, el film nos cuenta las andanzas de un joven periodista que, tras perder a su esposa, se traslada al campo con sus dos hijos, donde compra un zoo en ruinas y lo convierte en un parque zoológico admirado en todo el mundo.
Además de lo exótico del argumento, el film posee muchos elementos para la configuración de un drama familiar bienintencionado y gratificante: un proceso de duelo, una familia rota que trata de salir adelante, un romance que sirve de acicate emocional para el protagonista, una conflictiva relación paterno-filial que trata de repararse, un primer amor adolescente, el contacto con animales como terapia para relacionarse con los demás, etc.
El resultado es una película de fácil consumo, reiterativa y empalagosa en ocasiones, pero cuyo visionado no desagrada del todo.
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