(0) DIME CON CUÁNTOS, de Mark Mylod.

CURRÍCULUM SENTIMENTAL
Los amores aparentemente imposibles de dos personalidades casi opuestas, ella cansada de numerosas experiencias fallidas y él alérgico al compromiso, son la base de la comedia romántica actual. Un mensaje ilusorio que ensalza un amor predestinado, eterno e inmutable, que glorifica salvo excepciones un forzado happy end tras la superación de insalvables obstáculos en forma de torpes equívocos y casualidades.
A años luz de las comedias clásicas –Ernst Lubitsch, Howard Hawks, George Cukor, Preston Sturges, Billy Wilder, Howard Hawks, Jerry Lewis, Blake Edwards–, cuyos guiones eran un portento de solidez narrativa, sus gags se cocinaban a fuego lento y sus personajes destilaban consistencia y veracidad, Dime con cuantos no solamente carece de toda originalidad sino que, además, insiste en reforzar los convencionalismos más tópicos y resabidos del género: vecinos que se detestan acaban enamorándose, un estúpido pretexto pone en peligro su relación, el chico cambia su forma de ser y de comportarse por amor (¿?), ella se decanta finalmente por los sentimientos en el sempiterno dilema entre amor y seguridad, etc.
Da la sensación de que, de un tiempo a esta parte, los guionistas de Hollywood utilizan el mismo molde prefabricado, si bien han añadido algunas dosis de artificioso descaro a la hora de verbalizar escenas subidas de tono mostrando lo mínimo posible. Se trata, sospecho, de actualizar la clásica fórmula de éxito a los parámetros actuales, cuyo pésimo resultado es una simplificación insultante de realidades sentimentales, laborales y familiares. Una caricatura, en definitiva.
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