RAMÓN TÉRMENS, DIRECTOR DE “CATALUNYA ÜBER ALLES!”

“UNA SOCIEDAD QUE PREMIA ELECTORALMENTE LA XENOFOBIA ESTÁ ENFERMA”
El director catalán Ramón Térmens regresa a la cartelera con Catalunya Über Alles!, una película con mensaje que se cuestiona temas tan universales como la intolerancia, los discursos populistas y las actitudes xenófobas en un pequeño pueblo de la Catalunya interior. La cinta se centra en tres historias que giran en torno a un ex presidiario acusado de un delito sexual, un inmigrante en paro y un empresario de éxito que justifica el miedo a los inmigrantes para ocultar vicios privados, y pone de manifiesto el reto de la integración de los recién llegados y de la tolerancia de los vecinos. Catalunya Über Alles! ha cosechado un gran éxito en los últimos meses, como su participación en el Festival de Cine de Montreal (Canadá), el Premio Especial del Jurado en el pasado Festival de Málaga y el VII Premio Ciudad de San Sebastián Film Commission.
¿Cómo surge la idea de Catalunya Über Alles!?
Tras el fiasco de Negro Buenos Aires (2009) pensé que debía iniciar un cambio de rumbo en mi trayectoria profesional. El año pasado decidí crear una productora-distribuidora, Segarra Films, para evitar tener que trabajar para otros y poder controlar todo el proceso de creación, producción y comercialización de películas sin interferencias ni dependencias. Encontré en recortes de prensa una serie de historias verídicas relacionadas con la inmigración y, dado el interés que despierta este tema tan actual me convencí de que era buena idea para una película. Me inspiré en ellas para hacer Catalunya Über Alles!
¿Qué aportas al debate sobre la inmigración que no se haya dicho ya?
Mi mayor interés era, sencillamente, aportar normalidad a este fenómeno mundial. Las encuestas que publican los medios de comunicación lo abordan como un problema en sí mismo pero para mí la inmigración no es un problema. Lo es si queremos convertirlo en uno. Es una realidad social indisoluble de eso que llamamos globalización, una lógica consecuencia del liberalismo económico y del libre mercado. Además, quien lo ve como algo negativo padece de amnesia selectiva: España ha sido, históricamente, un país de emigrantes. Incluso ahora, con la crisis económica, nuevas generaciones de españoles están empezando a irse a Alemania a trabajar porque no encuentran aquí un digno porvenir. La historia se repite, es circular. Yo mismo me fui a Estados Unidos a trabajar como guionista. Y cuando te vas a otro lugar tratas simplemente de ganarte la vida, integrarte en esa sociedad, aprender a hablar su idioma… Deberíamos tratar a los inmigrantes como nos gustaría que nos trataran a nosotros. Es injusto criminalizar al inmigrante por el hecho de serlo. Y echarles la culpa de todos los males es un argumento muy pobre que es fácil rebatir si tienes los recursos intelectuales y la curiosidad para comprobar la veracidad de sus afirmaciones. Pienso que en el debate actual sobre la inmigración se habla de números y de estadísticas pero se olvidan las personas reales. En Catalunya Über Alles! trato de darle rostro, humanidad, a este fenómeno. No hay empatía porque la gente no se identifica con los inmigrantes. No conocemos sus motivaciones ni sus penalidades.
En el film denuncias el auge del discurso xenófobo de ciertos partidos políticos radicales. ¿Es una advertencia de lo que puede estar por llegar?
La xenofobia es un discurso basado en el miedo y en la ignorancia que se utiliza cada vez con más frecuencia en la política española. En Catalunya ha emergido un partido político de ultraderecha que acusa a los inmigrantes de quitarnos el trabajo, de parasitar nuestro Estado del Bienestar y de delinquir. Asocian con total descaro y sin matiz alguno inmigración y delincuencia. Los convierten, así, en los chivos expiatorios de la crisis actual, en vez de culpar a un sistema económico y social injusto, a la ambición desmedida de los poderosos, a la nefasta gestión de los gobernantes y a la impunidad de los corruptos que han estado enriqueciéndose estos últimos años a costa del erario público. Y lo peor de todo es que lo hacen por electoralismo, porque saben que es rentable de cara a las urnas. Una sociedad que premia electoralmente estos planteamientos está enferma. Ese es el verdadero problema.
El film consta de tres historias que giran en torno a la imposibilidad de redención de un vecino que cometió un terrible error, la integración de un inmigrante africano que prospera entre nosotros y la hipocresía de los “adalides” de la moral que sin embargo tienen mucha mierda que esconder.
Efectivamente, aunque cada historia trata de temas distintos tienen un elemento común: rechazamos lo que no conocemos para tapar nuestros propios defectos. En lugar de reconocer nuestra responsabilidad y asumir nuestros errores es más fácil adoptar una actitud victimista y culpar al otro. Esa es la esencia de la película.
La segunda parte muestra a un inmigrante integrado, rompiendo la imagen típica de la inmigración que se suele dar en la TV o en el cine.
Es cierto. Generalmente, el inmigrante nunca está integrado, nunca tiene los papeles en regla, siempre está llegando. El actor Babou Cham me ha agradecido su papel porque refleja una realidad que, afortunadamente, también existe: inmigrantes que desde hace muchos años viven con nosotros, adquieren los papeles, pagan impuestos y facturas, se ganan su salario con un trabajo digno, crean su propia familia, llevan a los niños al colegio, etc. Sin victimismos. Sin despertar lástima. Incluso hay hijos de inmigrantes que han nacido y han sido criados aquí, llamados de segunda generación, que no han llegado en patera. En ese sentido, siempre nos encontramos en el mismo punto: ¿hasta cuándo se es inmigrante? Ni pertenecen al país de origen de sus padres pero tampoco son acogidos como nativos aquí. Parece como si siempre están de paso, pero no es cierto. Se han instalado definitivamente.
¿Es Catalunya Über Alles! un antídoto contra la xenofobia?
No sé si llega a serlo, pero sí es un recordatorio de la tenue frontera entre ser de aquí y estar aquí. Puede ser más patriota un extranjero que cumple y respeta las leyes que un nacional que engaña a Hacienda o que comete un delito. Creo que el personaje interpretado por Babou Cham es más catalán que los propios catalanes pero no por llevar una barretina sino por adaptarse al entorno para sobrevivir, por llevar diligentemente una empresa siendo tan agarrado como su exjefe. Aprende que la pela es la pela.
¿Cómo evitaste caer en los clichés del inmigrante en la película?
Puse un valor por encima de todo: la dignidad. Los personajes tiene dignidad y hace lo que sea para mantenerla. Para el personaje de Babou lo más indigno que hay es no poder alimentar a su familia. No poder mantener a su familia es el acicate para buscar trabajo y ponerse las pilas. Así consigue progresar, reparando su dignidad herida.
¿Es entendible que en Europa, la cuna de la Democracia y de los Derechos Humanos, se esté endureciendo la política migratoria y el control de la inmigración?
Parece contradictorio, pero es así. Creíamos que estábamos construyendo una Europa libre, justa y solidaria, que diera ejemplo al resto del mundo. Pero aprovechando esta crisis que parece justificarlo todo, la extrema derecha cada vez más espacio político en muchos países miembros de la Unión Europea. Triunfan las tesis más extremistas, que utilizan la confrontación y la violencia envuelta, paradójicamente, en un discurso victimista. ¿Qué pasará cuando gane las elecciones un fascista en Europa? Quién sabe.
¿Por qué le pusiste ese título a la película? ¿Alguna referencia al himno nazi alemán?
Pura provocación, nada más. No hay doble intencionalidad, ni dobles lecturas ni paralelismos inexistentes. Algunos han intentado ver una demoledora crítica de Catalunya, identificándola como una tierra de fascistas pero quien vaya a verla saldrá de dudas. No obstante, no hay que olvidar que la ideología de extrema derecha viene de los nazis, las cosas como son. ¿Hay algo sagrado hoy día? Creo que se puede hablar de todo siempre que mantengamos el respeto.
Te has quejado de la poca salida comercial del film, porque muy pocas salas de cine la proyectan al estar rodada en catalán. ¿Te sientes marginado?
Estoy un poco jodido porque me ha costado mucho esfuerzo realizar la película y me ha dolido la excusa que me daban para no exhibirla, el idioma catalán y no tener versión doblada. Me parece absurdo que en Málaga y San Sebastián recibiera el aplauso del público y los exhibidores no vean las posibilidades de negocio. No pueden decirme que es un tema minoritario porque no lo es, ni que la película está mal hecha porque no lo está. La excusa es que no hay versión doblada. ¡No ponen cine catalán ni en Catalunya!
Pau Vanaclocha
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