(2) BLACK HEAVEN, de Gilles Marchand.

NO TE FÍES DE LA RED
El segundo largometraje del realizador francés Gilles Marchand se introduce de manera un tanto confusa en la ambigua frontera entre la realidad y la ficción virtual de los juegos online para narrar la conducta obsesiva de un joven cuando conoce a una misteriosa chica rubia en Black Hole, un universo virtual –similar al Second Life– en el que mediante un avatar el usuario puede interactuar con otros residentes y establecer relaciones sociales como si de una vida alternativa se tratara.
Lo que al inicio de su planteamiento parece una película francesa sobre el despertar del deseo sexual de un joven y de su novia, se convierte en un discreto thriller que pretende teorizar sobre la adicción –sexual y tecnológica– y sus terribles consecuencias pero que naufraga en el intento a la vez que suspende, por enrevesada e inverosímil, en la oscura trama sobre los suicidios colectivos.
La propuesta es a priori interesante porque advierte de que bajo el anonimato en Internet no todo son buenas intenciones y muestra, progresivamente pero a grandes trazos, cómo la adicción a la red va influyendo en la vida de las personas. Sin embargo, la narración de la historia se va haciendo cansina por su ritmo lento e inconstante.
La parte relacionada con el mundo informático, si bien plantea una adecuada atmósfera de luces y sombras, está resuelta de forma tosca y rudimentaria, alejada de la espectacularidad de las producciones de Hollywood, lo que le empobrece un poco la factura final.
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