(3) EL ORIGEN DEL PLANETA DE LO SIMIOS, de Rupert Wyatt.

LA REVOLUCIÓN DE LOS PRIMATES
Digna precuela que intenta explicar, como su nombre indica, el germen del clásico de Franklin J. Schaffner El planeta de los simios (1968), aunque cambie a su gusto las causas del cataclismo que provoca la casi extinción del ser humano y el ascenso de los simios en la escala evolutiva: si en el referente fue una hecatombe nuclear, fruto de la paranoia creada en pleno contexto de Guerra Fría, en el film que nos ocupa es un virus de diseño, mortal para la especie humana pero increíblemente benefactora para los primates, a los que dota de una gran inteligencia.
Fiel a los principios fundacionales del género de ciencia-ficción, la película nos advierte de los peligros del progreso científico y de los efectos perniciosos del abuso de la ciencia. El investigador protagonista, intentando liberar a su padre de las garras del Alzhéimer, cree encontrar una cura en un virus que atenúa su sintomatología y que tiene, como inesperado efecto secundario, el desarrollo de la inteligencia. Pero mientras que en ser humano el efecto es breve y acaba con la vida del paciente, en los simios su efecto es permanente e inocuo. Su mascota, un simpático chimpancé, adquiere pronto la inteligencia necesaria para rebelarse contra su amo y liderar una auténtica revolución de los primates en San Francisco. Al mismo tiempo, el virus se expande por accidente iniciando un efecto dominó que amenaza la misma supervivencia de la raza humana.
Destacan, por encima de todo, los magníficos efectos especiales del film, proporcionando un aspecto hiperreal a los primates, convertidos en unos personajes más de la trama, al mismo nivel que las personas. De hecho, en un momento del metraje la suerte de los personajes humanos deja de centrar la narración y ésta se focaliza en las vicisitudes de César, el citado chimpancé, siendo testigos de su sorprendente evolución de simple mascota a líder revolucionario. La trama principal, no lo olvidemos, muestra precisamente cómo se convierte en un temible villano y logra vencer a una humanidad en peligro de extinción por culpa de una plaga bíblica.
El origen del planeta de los simios supera, además, la mediocridad perseverante en este tipo de producciones, cuando aparecen en él reflexiones que pretenden trascender el mero entretenimiento. Por un lado, de tipo ético-filosófico: ¿vale todo en materia científica? ¿Existen límites a la investigación? Se denuncia sin ambages el comportamiento egoísta e interesado de la compañía farmacéutica para la que trabaja el joven protagonista, que se salta todos los controles para elaborar rápidamente un medicamento que aparenta ser milagroso aunque acaba siendo fatídico para las personas. Por otro, el tan manido mensaje ecologista, tan habitual en estos tiempos, de la necesidad de proteger la naturaleza para evitar que ésta se vuelva en contra nuestra.
Muy superior al insípido remake de Tim Burton, El origen del planeta de los simios se me antoja una inteligente y entretenida película no sólo para los aficionados al género. Va a gustar a todo aquél que desee una historia creíble dentro de lo fantástico gracias a un sólido guión, una trepidante realización, un ritmo ascendente y un apartado visual de lo más potente.
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