(2) CONVENCIÓN EN CEDAR RAPIDS, de Miguel Arteta.

PÉRDIDA DE LA INOCENCIA
Tiene la apariencia de una superflua comedia de enredo, pero Convención en Cedar Rapids esconde una incisiva película que nos retrotrae al mejor cine indie estadounidense, a medio camino entre el desmadre friki de la factoría Apatow y la denuncia mordaz del “sueño americano” de realizadores como Sam Mendes o Todd Solondz. Con un lúcido guión de Phil Johnston, el realizador costarricense Miguel Arteta —autor de la destacable The good girl (2002)— elabora un inteligente relato sobre la pérdida de la inocencia y sobre la hipocresía de una sociedad que esconde lo peor del ser humano bajo unas imágenes y unos discursos oficialistas que no se corresponden con la realidad.
El film narra las vicisitudes de un grupo de vendedores de seguros que intenta aprovechar una convención anual para escapar de sus rutinarias vidas e intentar ganar un reconocido premio que otorga el sector. Uno de ellos, el inexperto Tim Lippe, debe asistir en sustitución del mejor agente de seguros de su compañía tras morir éste de manera inesperada e indecorosa. Pronto somos conscientes, a través de su ingenua mirada, de la burda realidad de este tipo de eventos; la falsedad de las relaciones humanas en el terreno laboral y personal; y la inevitable presencia de una corrupción que todo lo corroe, al mismo tiempo que va consolidándose una sincera amistad con tres compañeros de profesión que nutre al joven protagonista de la experiencia necesaria para madurar y tomar conciencia de su entorno.
Muy destacable es el elenco de actores, especialmente los que dan vida a los cuatro protagonistas, cada uno de diversa procedencia y formación. Especialmente ese gran cómico que es John C. Reilly, desperdiciado en papeles secundarios hasta la fecha. Es una pena que, a pesar de su trasfondo crítico, no pueda evitar la sucesión de gags de temática sexual y escatológica, el predominio de la trama sentimental y un desenlace previsible y redentor que lo asocia al cine idealista, tierno y bienintencionado de Capra, esta vez sin un contexto que lo justifique.
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