(1) RÍO, de Carlos Saldanha.

AVENTURAS A RITMO DE SAMBA
Amparado por los éxitos de taquilla de La edad de hielo (2002), Robots (2005) y el resto de la saga Ice Age, el director brasileño Carlos Saldanha ha gozado de una gran libertad creativa en su última animación para elaborar un idílico publireportaje sobre la ciudad de Río de Janeiro, futura sede del Mundial de Fútbol 2014 y de los Juegos Olímpicos de 2016. Reforzando todo tipo de tópicos y clichés de postal turística, el film es un canto a la libertad donde se narra las aventuras de un guacamayo azul incapaz de volar que, tras ser secuestrado por unos contrabandistas de animales exóticos y acostumbrado a la cómoda existencia de mascota, debe sobrevivir a la vida salvaje tras conocer a una hembra de su misma especie con la que pretenden emparejarlo y experimentar la dulce sensación de ser dueño de su propia vida. Sin apenas disimulo, Río copia la fórmula que tanto éxito le dio a Madagascar (2005), en tanto que el protagonista es un animal llevado a la civilización que se acostumbra a la vida doméstica, así que cuando vuelve a la naturaleza debe readaptarse a su nueva condición. Sin duda, lo mejor de Río es su interesante banda sonora, repleta de samba y bossa nova brasileña, y una explosión de luz y color en el apartado visual que refleja la exuberante vegetación y abundante fauna existente en la región.
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