(2) AMÉRICA, UNA HISTORIA MUY PORTUGUESA, de Joâo Nuno Pinto.

LA COSTA DEL FIN DEL MUNDO
Debut en el largometraje de Joâo Nuno Pinto, una producción multinacional con guión de Luisa Costa Gomes que constituye una crónica negra situada en el barrio costero lisboeta Cova do Vapor, un poblado de chabolas y remolques donde gentes de diversa procedencia, en su mayoría inmigrantes, intentan sobrevivir dedicándose a diversas formas de delincuencia—desde estafas y robos a homicidios—en su desesperada espera de un futuro mejor.
Duro y realista relato habitado por seres vapuleados por la vida y de sentimientos primarios, perdedores acosados por la miseria y retratados por una cámara que restringe todo trazo de color para ofrecernos imágenes dominadas por el gris, creando un clima alejado de todo optimismo, en un contexto humano que se va desvaneciendo asfixiado por los continuos contratiempos y por los nuevos tiempos, como revela simbólicamente el viejo oficio artesanal de falsificación de pasaportes, desbancado ya por los nuevos métodos propiciados por la informática.
Un universo marginal y violento, pues, sin los beneficios del desarrollo económico ni la seguridad social que otorgan unas leyes protectoras del Estado se concentra en un ilusorio refugio casi en el límite de mundo desde donde puede atisbarse el añorado paraíso de una próspera Europa. Pero esta América descrita por Nuno Pinto no es ni siquiera la mítica Casablanca del famoso bar de Rick-Bogart ni tampoco la bulliciosa frontera mexicana desde donde saltar al soñado edén estadounidense.
A la mirada gris y triste de este film le falta quizá solidez narrativa, una mayor riqueza de personajes y una mejor plasmación de los conflictos personales, como en esa huida final de la familia hacia ninguna parte, llena de interrogantes e inseguridades. Este fue también el último trabajo del fallecido actor hispano Paco Maestre.
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