VENTURA PONS, DIRECTOR DE “MIL CRETINS”

“EL TRABAJO REDIME DE LA MEDIOCRIDAD”
La nueva película del prolífico director, guionista y productor catalán Ventura Pons, Mil cretins, vuelve a adaptar textos de Quim Monzó después del gran éxito que tuvo, hace ya 15 años, El per què de tot plegat. Este fértil reencuentro condensa 15 pequeñas historias que tratan diferentes aspectos de la conducta humana y situaciones reconocibles del universo literario de Monzó. Para ello cuenta con una excelente plantilla de actores, entre los que destacan Clara Segura, Julieta Serrano, Jordi Bosch y la entrañable pareja formada por Joan Borràs y Carme Molina. Simultáneamente, Ventura Pons publica un libro de memorias que coincide con el 25º aniversario de su productora, Els fills de la Rambla.
17 años han pasado desde El per què de tot plegat (1994), la primera vez que trabajaste con textos de Quim Monzó. ¿Cómo ha sido volver a trabajar con él?
Reconozco que era bastante arriesgado volver a trabajar con Quim, por mucho que me gustara la idea, después de una película tan potente como El per què de tot plegat. Pero he seguido leyendo sus libros y cuando publicó “Mil Cretins” me quedé impactado. Una de las cosas que más me gusta de Quim es que, aunque cuente historias dotadas de gran dramatismo, las cuenta con un mucho sentido del humor. Me encanta cómo mezcla sentimientos en apariencia contradictorios en una misma frase, en un mismo párrafo. Eso sí, tenía claro que quería hacer una película que no tuviera nada que ver con El per què de tot plegat.
¿Qué es lo que más te atrae de su obra?
Siendo claros, sus historias me parecen cojonudas y brutales. Sigo adorando sus cuentos porque creo que cada vez son más incisivos, más hirientes para el lector. Su capacidad de observación de la realidad es sorprendente. Su contenido sufre una evolución parecida a la que he experimentado personalmente. La obra de Quim ha pasado de centrarse en las relaciones humanas a retratar la estupidez humana, sin concesiones, poniendo en énfasis aquellos aspectos menos agradables del ser humano, sus defectos, sus limitaciones, en definitiva, sus miserias. Sin renunciar al humor.
Mil cretins posee una estructura narrativo poco convencional. ¿Qué pretendías con ello?
Experimentar por un lado. Por otro el hecho de que la película tenga un protagonista coral me permitía fragmentar la narración. Como la película es una sucesión de historias, lo he dividido en tres partes, en una especie de burla de los tres actos tradicionales de las artes escénicas. A partir de las andanzas de un hipotético narrador, escritor de guiones de cine, se despliega una primera parte donde encontramos ocho cuentos encadenados sobre la estupidez de estos pobres insectos llamados humanos. Una segunda parte donde aparecen unos divertidos cuentos históricos en los que, creo, se recoge la esencia del espíritu monzoniano. Historias que recrean situaciones y personajes míticos, reales o no, narradas como si se tratara de cine mudo. Y una tercera parte en la que regreso a la época contemporánea en un cuento autobiográfico de Quim titulado “La arribada de la primavera”, donde narra la relación del escritor con sus padres en la última fase de sus vidas. El final es una aportación personal mía, una idea que me parecía conveniente resaltar tras mostrar a lo largo del metraje varios ejemplos de estupidez humana: todos los personajes aparecidos en la película se reúnen y le dicen al “narrador” que no se lo tome a la tremenda, que ha de seguir adelante y que su existencia es necesaria.
¿Como una especie de moraleja, un mensaje alentador de esperanza?
Algo así. La idea es que el trabajo, especialmente cuando tiene un componente creativo, puede redimir a la persona de la mediocridad y de la estupidez que nos rodea. Por tanto, la inventiva, la dedicación a una tarea que da sentido a la existencia nos puede salvar del triste paso por la vida.
Mil cretins retrata de una forma muy cruel la tercera edad.
Porque hay varias historias que hablan de la decrepitud humana. No es extraño que hable de ello porque en muchas de mis películas hablo de la muerte. No me da miedo tratar ese tema.
¿Qué sentido le das a esa parte de la película sin diálogos?
Cuando pensé en hacer una parte de cuentos históricos me vino a la mente el cine mudo. Y tras estudiar un poco esa fase de la cinematografía descubrí el arte de la escenografía artesanal, lo que me llevó a descubrir el archivo de bocetos del Institut del Teatre. Con esa segunda parte de Mil cretins, rindo homenaje a la gran tradición escenográfica catalana de finales del XIX y principios del XX. La parte muda ha sido un ejercicio de estilo que me ha divertido mucho hacer aunque me ha sorprendido lo difícil que es. Es más complicado de lo que parece.
Pau Vanaclocha
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