(1) MORNING GLORY, de Roger Michell.

FARSA TELEVISIVA
Ingenuo de mí, pensaba que Morning glory retrataría con cierto rigor los entresijos de la televisión y que recordaría a algunas películas de similar temática como Al filo de la noticia (1987), Interferencias (1988) o Íntimo y personal (1996).
Pero pronto se revela su verdadera naturaleza: el plató de la emisora IBS sólo es el contexto de una floja comedia romántica en la que, aparte del inevitable lío sentimental, prevalece como argumento principal el caricaturizado conflicto profesional entre una joven productora, ingenua e idealista, y un malhumorado y endiosado presentador de prestigio venido a menos.
El film muestra, acertadamente, algunas realidades: los choques de egos, las envidias profesionales, los agobios de un trabajo a contrarreloj, la obsesión por los índices de audiencia y las amenazas de cancelación. Pero todo lo demás está diseñado y dirigido a provocar un efecto cómico basado en un humor de fácil comprensión.
Sin embargo, lo peor está por llegar: la efímera reflexión que realiza el film sobre la eterna lucha entre la información y el entretenimiento, en definitiva entre el buen periodismo y el mal periodismo, es resuelta de forma sorprendente.
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