(3) SUBMARINO, de Thomas Vinterberg.

EN CAÍDA LIBRE
Sexta película de Thomas Vinterberg (Copenhague, 1969), presentada en el Festival de Berlín 2010 y basada en una novela de Jonas T. Bengtsson convertida en guión por el propio realizador con la colaboración de Tobias Lindholm. El cineasta danés se desvía de las estrictas normas del movimiento Dogma, que él contribuyó a fundar en 1995, aunque sigue preocupado por el realismo de ambientes y personajes a pesar de utilizar un lenguaje y unos medios más cercanos al cine tradicional.
Submarino, rodado en un barrio obrero de Copenhague con participación de actores infantiles y juveniles no profesionales, puede ser uno de los filmes más duros y sombríos de la temporada y está protagonizado por seres vulnerables, víctimas de sí mismos, que suscitan compasión del espectador o, como sugiere el título, por gente hundida que lucha dramáticamente por salir a flote.
El eje narrativo viene determinado por dos hermanos separados en la infancia, tras una tragedia familiar, que vuelven a encontrarse años después, ya adultos, en la cárcel. El relato es una historia de seres marginados, con grandes dificultades para comunicarse afectivamente con los demás y torturados por su decadencia física y sordidez moral.
En esta historia marcada por la droga y la bebida, por la pobreza y la soledad, por el desarraigo y la violencia, las relaciones familiares están abocadas al fracaso, ya sea entre hermanos o entre padres e hijos. La sombra literaria del melodrama social de perdedores que recorre la gran novela naturalista del s. XIX se proyecta sobre este film, que evoca también los magníficos textos de Dostoiewski, uno de los creadores de la novela moderna con su poder de introspección psicológica, sus dilemas morales y la posibilidad de redención. En Submarino, Nick y su sobrino huérfano materializan finalmente este rayo de esperanza que surge de la profunda oscuridad.
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