(1) SALVANDO LAS DISTANCIAS, de Nanette Burstein.

AMOR DE COSTA A COSTA
Esta comedia romántica, la primera película de ficción de la documentalista Nanette Burstein, mantiene el esquema básico de todas las de su género pese a sus puntuales modificaciones para adaptarla a los tiempos actuales y al paladar de un público mayoritariamente juvenil. Treintañeros son los protagonistas, tanto el personaje de Drew Barrymore, una periodista en prácticas, como el de Justin Long, un gris promotor discográfico, que deben procurarse un futuro profesional en un difícil mundo laboral dominado por los despidos y el desempleo.
Para estos enamorados, sin embargo, el principal problema es la separación física por motivos de trabajo, pues de Nueva York a San Francisco sólo les une el teléfono y alguna decepcionante sesión de cybersexo sin contar algunos esporádicos encuentros personales. Todo ello les permite ir superando la dificultad de mantener una fidelidad amenazada por los bares con chicas y cerveza así como por el celo de algunos familiares erigidos en consejeros sentimentales.
Salvando las distancias se articula, pues, en torno a los inconvenientes que origina la separación de los novios y sus esfuerzos para mantener viva la llama del amor. Pero ya ha pasado medio siglo y las castas relaciones entre Doris Day y Rock Hudson en Confidencias a medianoche (Michael Gordon, 1959) se han transformado en una activa vida erótica de los amantes y, sobre todo, en el uso de un lenguaje que pretendiendo ser “realista” no hace sino abusar de expresiones soeces y de alusiones sexuales de dudoso gusto. De nuevo, la grosería y la zafiedad como signos de identidad del más característico cine para jóvenes de nuestro tiempo.
Y, una vez más, se ha cuidado la banda sonora con una selección de atractivas canciones pop a las que se ha añadido la actuación en directo de un desconocido cuarteto británico llamado The Boxer Rebellion.
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