(3) PARANOID PARK, de Gus van Sant.

EL CRIMEN DEL MONOPATÍN
Adaptación de una novela de Blake Nelson, que cuenta la sencilla anécdota de un crimen no resuelto y que Gus van Sant, también guionista y montador, reelabora añadiendo cierta complejidad con la alteración de su estructura narrativa original mediante una sucesión de flashbacks, una repetición de planos que van adquiriendo un mayor sentido y el uso de la cámara lenta para dilatar el tiempo real de las acciones.
Paranoid Park es un film que encaja perfectamente en el estilo y en los temas habituales de su realizador, esta vez con la meritoria colaboración del camarógrafo Christopher Doyle que combina los travelings y los primeros planos fijos en formatos diversos como son la cinta normal de 35mm y del super 8, todo ello para trazar un excelente retrato de Alex, un adolescente reservado e inseguro, mediocre estudiante y torpe enamorado, acosado por el sentimiento de culpa tras verse implicado en la muerte accidental de un guarda de seguridad del ferrocarril que circula junto al parque de Portland donde suele practicar el monopatín.
El relato muestra los hechos sin juzgar a los personajes, incluyendo entre ellos a los padres del protagonista, separados, que no cumplen su obligación de orientar y valorar la conducta de su hijo, consideración sobre el ámbito familiar que se resuelve manteniéndose casi siempre ausentes o difuminando su presencia en los breves momentos en los que aparecen.
Cabe reseñar finalmente que Gabe Navins (Alex) es un actor no profesional que fue elegido mediante un amplio casting realizado a través de internet y que la banda sonora ha recreado en estudio el ambiente de exteriores, además de utilizar composiciones musicales ajenas entre las que destacan algunas de Nino Rota para películas de Fellini.
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