(3) IO, DON GIOVANNI, de Carlos Saura.

DA PONTE – MOZART Y EL MITO DE DON JUAN
De la ópera mozartiana Don Giovanni (1787) hizo Joseph Losey una muy estimable película en 1979 que se estrenó en Valencia, en el cine Flumen en febrero de 1984, y que contaba con la presencia y las voces, entre otros, de Ruggero Raimondi, Kiri Te Kanawa y Teresa Berganza bajo la dirección del maestro Lorin Maazel. Carlos Saura, ante las dificultades básicamente estructurales para adaptar satisfactoriamente la ópera al cine, ha optado por realizar un biopic sobre Lorenzo Da Ponte (1749-1838), un niño judío obligado a bautizarse y a ordenarse sacerdote más tarde en Venecia, desterrado a Viena por la Inquisición acusado de escribir textos subversivos, autor de los libretos de las óperas mozartianas Las bodas de Fígaro, Don Giovanni y Cosi fan tute y fallecido ya muy anciano en Nueva York.
Casanova, Da Ponte y W. A. Mozart (1756-1791) formaron un trío de masones, más o menos aventureros y libertinos, cuyas vidas influyeron sin duda en su caracterización del mítico seductor Don Juan, personaje que ya había sido objeto de la atención teatral de Tirso de Molina y de Molière.
Saura, tan preocupado por la divulgación como por la estética, y la expresión de sentimientos, va más allá del relato biográfico sobre Da Ponte —convertido en un eje de la narración— para transformar el film en un documentado reportaje sobre el proceso de producción de la ópera Don Giovanni, una obra maestra que combina drama e ironía y que, como Losey, recurre a cantantes que hacen también de actores para no perjudicar la verosimilitud del su trabajo.
La presentación de la ópera en Viena, ante el emperador José II, no entusiasmó debido al conservadurismo reinante en la católica capital del Imperio Austro-húngaro, escandalizado ante el carácter extrovertido de su lascivo protagonista que encarnaba el libre vuelo del deseo, la apología del placer carnal al margen de todo freno moral y el desprecio del paraíso prometido como premio a la virtud. Y es quizá para compensar la figura de ese irredente Don Giovanni condenado al fuego eterno por lo que los guionistas del film, pensando también en la taquilla, han dejado el contrapunto, más convencional y discutible, de un apolíneo Da Ponte arrepentido finalmente de la vida pecadora y fiel enamorado de la bella Annetta.
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