(0) GENTLEMEN BRONCOS, de Jared Hess.

LOS FRIKIS AL PODER
Pese a su breve trayectoria profesional, el joven director estadounidense Jared Hess se ha erigido ya como uno de los máximos exponentes de ese cine cómico, surrealista y desmadrado que exalta lo extravagante como una forma de vida y a sus estrafalarios protagonistas como héroes incomprendidos. En la práctica, su cinematografía es una oda al frikismo en todas sus variantes.
Según la Wikipedia, Friki –del inglés freak; extraño, extravagante, estrafalario, fanático– es un término coloquial, peyorativo en algunos casos, usado para referirse a aquel individuo de apariencia o comportamiento inusual, que se muestra interesado u obsesionado en un tema muy específico del que se considera fanático. Estos temas, conocidos como cultura friki, suelen estar centrados en la ciencia ficción, la fantasía, el manga, el anime, los videojuegos, los cómics y la informática.
Gentlement Broncos calca esa definición en la pantalla para narrar las vicisitudes de un solitario adolescente con aspiraciones literarias que, tras acudir a una convención de escritores de ciencia ficción, descubre que un reconocido novelista ha copiado su historia en su última novela, considerada una obra maestra del género. El problema es que su aproximación siempre resulta tediosa y enervantemente superficial, centrándose en una visión distorsionada por un humor zafio basado en las muecas, la escatología y el diálogo absurdo. Huir.
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