(1) EL PADRASTRO, de Nelson McCormick.

TÍPICO TELEFILM DE SOBREMESA
Flojo remake de la película homónima de Joseph Ruben realizada en 1987, el film de Nelson McCormick se me antoja totalmente innecesario. Y no sólo por limitarse a reproducir, con algunos ligeros cambios que reflejan los adelantos tecnológicos, la misma historia que la película original, sino por su incapacidad a la hora de insuflar interés a lo que estamos viendo. Con un tono más propio del típico telefilm de sobremesa que de un psicothriller con aspiraciones, El padrastro no puede evitar caer en los convencionalismos del género, como la omnipresencia del malvado protagonista y esa preferencia por los “sustos” antes que por la consistencia de la historia. Aún así, los hay peores.
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