(3) CHÈRI, de Stephen Frears.

EL “AMOUR FOU” DE MADAME DE LONVAL
Cuanto más me esfuerzo por encontrar paralelismos entre Chèri y la obra cumbre del cineasta británico Stephen Frears Las amistades peligrosas (1988), que tanto se empeña en resaltar la crítica especializada, más admiro su independencia como autor y más defiendo la aparente falta de trascendencia de su último trabajo, principal objeción entre mis compañeros de profesión. Las comparaciones, en ocasiones, son odiosas.
Adaptación de la novela homónima de la ilustre escritora francesa Sidonie Gabrielle Colette (1873-1954), Chèri es un sólido drama de época cuya acción transcurre en el París de principios de siglo XX, durante la Belle Époque, que narra la relación afectiva entre una veterana cortesana y un apuesto joven, que ha sido encomendado por su madre, una antigua compañera y rival suya, para que le instruya en las artes de la seducción y le convierta en un hombre. El film reproduce la letra y el espíritu del texto original de una autora avanzada a su época e incomprendida por sus contemporáneos, defensora de ideas que fundamentarían la esencia del feminismo actual. Lo que aquí se reclama, por tanto, es la libertad de amar y ser amado sin distinción de edad ni estracto social y la defensa de una mujer independiente y dueña de su propia vida –en todos los ámbitos: social, político, económico, familiar, sexual, etc.–, algo impensable para la época.
Pero en vez de reducir la historia a una típica guerra de sexos, convierte a los protagonistas en víctimas de sus propias convicciones, esto es, en contra de lo que ellos creen el amor no es algo innecesario en la vida, ni una atadura, ni una invención romántica, es algo real que acaban experimentando a un nivel tan prohibido como intenso. Lo que empieza como un inocente flirteo acaba siendo una relación amorosa profunda e imperecedera. Así, mientras en Las amistades peligrosas se denuncia el mundo de apariencias e hipocresía de dos perversos y amorales aristócratas de finales del siglo XVIII, en Chèri se proponen los sentimientos como mecanismo de liberación del individuo frente al sistema. Otra cosa es que, en ese enfrentamiento, se logre romper las barreras sociales o no.
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