(2) BIENVENIDOS A ZOMBIELAND, de Ruben Fleisher.

PARODIA ZOMBIE
En este contexto de posmodernidad que nos envuelve, la parodia se ha convertido más allá de un subgénero específico en la fase crepuscular de todo discurso, acción y creación humana. El cine no es una excepción, y cuando un género carece de ideas renovadoras –o las que hay son refritos de ya conocidas– y la sobreexplotación de antiguas fórmulas de éxito comienza a pasar factura, es hora de someterlo al filtro de la sátira y la imitación burlona.
Es lo que ha pasado en el género de terror, que tal ha sido la avalancha de títulos prescindibles, cada uno explotando al máximo los tópicos y clichés conocidos por todos, que el público ha acabado cansado de lo de siempre. Desde que George A. Romero introdujera el arquetipo zombie en la cultura popular en La noche de los muertos vivientes (1968), interpretaciones y lecturas contemporáneas aparte, el malogrado personaje ha sido víctima de la insaciabilidad de ejecutivos que, en busca de legítimos beneficios, han acabado por faltarle al respeto, denigrándole hasta convertirlo en un mero espectáculo sanguinolento. De ahí a la parodia era cuestión de tiempo.
Concebida como una parodia inteligente –no desmadrada–, la ópera prima del director estadounidense Ruben Fleisher, Bienvenidos a Zombieland, es una comedia de brocha gorda que sigue las andanzas de cuatro personajes totalmente diferentes entre sí que acaban haciendo piña gracias a lo único que les une: su condición de supevivientes de una epidemia mundial de zombies. Sin duda, el film cuenta a su favor con la indudable comicidad de los protagonistas; unos diálogos a veces absurdos, a veces ingeniosos; y un asombroso equilibrio entre el trasfondo épico y el contrapunto paródico.
A pesar de la ligereza de la propuesta, Fleisher demuestra saber de lo que habla, exhibiendo un profundo conocimiento del género. Algunos gags rozan la inspiración divina, como el divertidísimo y sarcástico prólogo, otros son menos afortunados, pero siempre se tiene la sensación de que todo está orientado y tiene un sentido global. No se trata de esas películas que acumulan chistes sin ton ni son. Se trata de homenajear al género, riéndonos de sus convencionalismos.
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