(3) DONDE VIVEN LOS MONSTRUOS, de Spike Jonze.

FÁBULA CLAROSCURA SOBRE LA INFANCIA
Quien acuda a la sala de cine para ver Donde viven los monstruos con la intención de ver una típica película infantil acompañado/a de su prole, pronto comprobará que no se ajusta al modelo tradicional, ése que trata a los niños como si fueran tontos o estúpidos reflejando de forma maniquea y simplista su punto de vista sobre las cosas que les rodean. El realizador Spike Jonze, reconocido por sus polémicas Cómo ser John Malkovich (1999) y Adaptation. El ladrón de orquídeas (2002), realiza en esta valiente adaptación del cuento homónimo de Maurice Sendak, considerado un clásico de la literatura infantil, una impactante y entretenida película que, con planteamientos visuales de lo más realistas, abandona el tono amable propio de la obra original para adentrarse en pretensiones más adultas, dirigiendo su mensaje más allá del público infantil.
En esta fábula tenebrista con no pocas dosis de melancolía sobre la infancia se narra la historia de Max, un niño travieso y sensible que se siente incomprendido en casa y se escapa a un lugar donde viven monstruos, cuyas emociones son tan salvajes e imprevisibles como sus acciones, donde es coronado rey. Un lugar sin reglas ni obligaciones, un paraíso libertario infantil alejado del control paterno, un refugio imaginario de niños que no comprenden, o no quieren entender, el complejo mundo de los adultos. Pero lejos del universo mágico y bondadoso que suelen mostrar producciones más edulcoradas e ideológicamente más conservadoras –supongo que para proteger a los niños de contenidos “sensibles” pero existentes en la realidad como el conflicto, la incomunicación, los deseos no satisfechos, el divorcio de los padres, la soledad, la nostalgia, la asunción de responsabilidades etc–, en este caso el “País de las Maravillas” es un espacio indefinido y en ocasiones inhóspito cuyos adorables pero inestables habitantes son la proyección material de sus miedos, sus anhelos, sus dudas y sus sueños. Suceden cosas que los personajes no logran explicar, sentimientos y comportamientos que son la antesala de una próxima madurez, alcanzada gracias a una experiencia traumática.
Donde viven los monstruos crea, por tanto, un mundo fantástico pero extrañamente real, que plantea una interesante reflexión sobre las primeras incursiones de la infancia al difícil mundo de los adultos. Y lo hace con todo lo que un gran presupuesto puede ofrecer: una excelente fotografía y puesta en escena, una dirección de actores muy acertada y un magnífico trabajo de animación de los monstruos, creados por The Jim Henson Company, responsable de los Teleñecos y las fantásticas criaturas de Dentro del laberinto (1986).
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.