(2) ROJO ORIENTAL, de Raja Amari.

LA DANZA COMO LIBERACIÓN
Producción tunecina de 2002, Rojo oriental fue el debut de la joven directora y guionista Raja Amari, quien poco a poco se ha ido consolidando como una de las cineastas más comprometidas a la hora de mostrar los problemas e inquietudes de la mujer musulmana actual. Su último film, Anonymes (Buried Secrets), participó en el pasado Festival Internacional de Cine de Venecia en su sección Horizontes, recibiendo el aplauso de crítica y público.
A pesar de las limitaciones propias de un film de bajo presupuesto y de la extrema sencillez en su puesta en escena, Rojo oriental es un valiente drama contemporáneo sobre el «despertar» de una joven viuda, de vida monótona y solitaria, cuando descubre por casualidad el mundo desconocido y exótico de un cabaret, donde aprende a bailar la danza del vientre. Amari agudiza el ingenio para, con los mínimos recursos, crear un ambiente lleno de sensualidad y desenfreno, que choca frontalmente con el contexto represivo y moralista que la rodea, enfrentándose pronto a miembros representativos de la sociedad puritana y conservadora (vecinos, familia). En ese sentido, Rojo oriental es un canto a la liberación de la mujer, temática que ha profundizado en sus trabajos posteriores y que ha inspirado a otras realizadoras, como a la libanesa Nadine Labaki en su fresca y divertida Caramel (2007). Destacable es también la participación de Hiam Abbass, actriz de origen israelí a la que recordamos en títulos tan interesantes como Los limoneros (2007) y The visitor (2007).
Como contrapartida, la historia a tres bandas que surge entre la hija, el novio de ésta y la madre peca de poca credibilidad y está retratada de forma esquemática y convencional. Y su resolución no podía serlo más. Aún así, vale la pena verla.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.