(3) TRES MONOS, de Nuri Bilge Ceylan.

SILENCIOS Y MENTIRAS
El cineasta Nuri Bilge Ceylan, al que recordamos por su aclamada Lejano (2002) y su destacable Los climas (2006), persiste en su visión decadente y sombría de las relaciones familiares en su último y desasosegante film, Tres monos, un claroscuro thriller psicológico que retrata a una familia marcada por la fatalidad desde que el padre, chófer de un político sin escrúpulos, asume la culpa de un homicidio involuntario que comete su jefe a cambio de dinero. Durante su estancia en la cárcel, su esposa mantiene una relación adúltera con aquél y su hijo fracasa en sus estudios relacionándose con gente indeseable, cayendo todos en una espiral de desencuentros y silencios incómodos, incapaces de afrontar las consecuencias de sus acciones.
Manteniendo sus “tics” cinéfilos –su fino sentido del humor que raya con el sarcasmo, el ritmo apático, su afán psicoanalítico–, el film es un lúcido ensayo sobre la insatisfacción, la sospecha, la incomunicación, la mentira y la hipocresía fundamentado en un magnífico estudio de personajes –una compleja red de interrelaciones se despliega ante el espectador–, a una convincente descripción del ambiente familiar –denso, casi asfixiante; no existe ningún resquicio de ternura, cariño o afecto entre ellos– y a una cuidadosa composición de planos y movimientos mínimos de cámara que convierte al realizador turco en un alumno aventajado de Bergman y de Antonioni, especialmente en lo tocante a la plasticidad de las imágenes –la fotografía ha sido retocada digitalmente–, a la duración extenuante de los planos-secuencia y a la capacidad de retratar estados emocionales a través del paisaje.
Tres monos es un interesante film que consolida a Nuri Bilge Ceylan como uno de los máximos representantes del cine turco contemporáneo.
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