(1) NUNCA ES TARDE PARA ENAMORARSE, de Joel Hopkins.

ROMANTICISMO AÑEJO
Discreta comedia romántica, sazonada con su correspondiente dosis de drama, sobre el amor más allá de los 50 y la redención familiar, interpretada sólidamente por dos actores de reconocido prestigio pero decreciente trayectoria, Dustin Hoffman y Emma Thompson. Nunca es tarde para enamorarse sigue la fórmula clásica “chico conoce chica” protagonizada por dos maduros solitarios, un estadounidense creativo de publicidad en horas bajas y una británica solterona carente de vida social, que en su momento más crítico –ambos se sienten rechazados y marginados, uno en la boda de su hija y la otra en una deprimente cita a ciegas– se conocen en el aeropuerto de Heathrow, iniciando una intensa relación dialéctica a lo largo de un día en el marco incomparable de la ciudad de Londres. Influenciada por films como Antes del amanecer (1995) y su epílogo Antes del atardecer (2004), ambos dirigidos por Richard Linklater, tanto en forma como en contenido, la originalidad de Nunca es tarde para enamorarse estriba en la edad de los protagonistas y en el esfuerzo del realizador por contextualizar el romance mediante un estudio de personajes más riguroso de lo que nos tiene acostumbrado este tipo de películas. Recomendada para románticos empedernidos.
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