(2) LOS SIETE DÍAS, de Ronit y Shlomi Elkabetz.

FAMILIA EN DESCOMPOSICIÓN
El título del film hace referencia al tiempo en que, según la tradición judía, la familia debe recogerse en señal de duelo en la casa del difunto, conviviendo día y noche. Y es que la súbita muerte de un miembro de una familia hebrea y el proceso de luto inmediatamente posterior es la excusa de los hermanos Elkabetz para elaborar un contundente drama contemporáneo sobre la descomposición familiar. Sin excesos melodramáticos, Los siete días configura un mosaico de relaciones fracasadas entre los abundantes personajes existentes, cuya atmósfera se va haciendo cada vez más irrespirable, hasta que el rencor y las rencillas del pasado acaban emergiendo con violencia. Destaca, por encima de todo, la sólida interpretación del elenco de actores de este film coral, sin menospreciar la labor directiva de unos realizadores capaces de coordinar todas las tramas –secretos inconfesables, deseos reprimidos, envidias, amores secretos– y ubicarlas dentro de un espacio tremendamente limitado como es una casa con apenas cuatro habitaciones.
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